Vivimos en un entorno cada vez más ruidoso, lo cual afecta directamente a nuestra salud. Los principales efectos adversos del ruido son la perturbación del sueño, los efectos cardiovasculares, las respuestas hormonales pero sin duda el más directo es la pérdida de salud auditiva.
Las estimaciones realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) son “escalofriantes”. Así lo indica el Doctor Luis Lassaletta, presidente de la comisión de Otología de la SEORL-CCC, que en declaraciones a ConSalud afirma que “ahora mismo prácticamente una de cada cinco personas en el mundo tiene un problema de audición. Algo que está tan bien identificado y para lo cual se deberían estar considerándose políticas para solucionarlo, la estimación que hay para para dentro de 20 o 30 años es que este problema vaya a más en lugar de disminuir: pasaremos del 20 por ciento actual al 25% de la población. El factor fundamental en este caso es la exposición al ruido”.
Según la OMS una de cada cinco personas en el mundo tiene problemas de audición
Los principales problemas de salud auditiva en la población infantil se establecen en dos zonas de riesgo. Por un lado “los niños que nacen sordos que tienen una sordera profunda o severa al nacer a los que actualmente los identificamos con el screening auditivo que afortunadamente desde hace varios años está presente en todos los todos los hospitales del país”, apunta el doctor. “Otro momento de riesgo son los niños que tienen otitis de repetición, en el entorno de los 3, 4 o 5 años que es la época en la que funciona más la trompa de Eustaquio, y en algunos casos esta otitis deja como consecuencia alguna perforación u otitis crónica”, añade.
En el resto de la población, el factor a valorar “es la pérdida de audición asociada a la edad, que es lo que llamamos presbiacusia, que es algo intrínseco a cumplir años, como lo es tener arrugas, pero sí que estamos notando que en los últimos años se está adelantando en las personas más jóvenes”, apunta el Dr. Lassaletta. Las estimaciones apuntan a que la pérdida de audición en las frecuencias agudas, que se manifiesta como la dificultad para oír en entornos ruidosos, "si hasta ahora lo detectábamos a los 65-70 años ahora lo vemos más en torno a los 55-60 años".
Pero en el campo de la salud auditiva no existen estudios epidemiológicos serios que hayan medido la audición en la población y en los distintos grupos etarios por lo que los expertos deben basarse en estimaciones. “Sí hay artículos científicos pero son todo estimaciones porque no tenemos un registro realmente de la audición en los distintos grupos de edad de la población”, reconoce el experto.
“La mayoría de la población percibe el audífono como un problema en lugar de una solución”
Uno de los problemas a los que se enfrentan los otorrinos es que “la mayoría de la población percibe el audífono como un problema en lugar de una solución”, afirma el Dr. Lassaletta . “Es muy habitual que cuando hacemos la detección del problema, e identificamos que hay una pérdida de audición causada por la presbiacusia, exista un rechazo hacia el audífono que no es más que un elemento que amplifica el sonido y que es una solución mientras tengamos un oído interno razonablemente conservado. Este rechazo no existe por ejemplo con las gafas que al final, estamos hablando de un problema similar”, explica.
La música forma parte cada vez más de nuestro ocio, muchas veces sin control en discotecas, conciertos al aire libre o con el aumento del uso de auriculares. “Vivimos en un mundo multimedia en el cual, el percibir la música con auriculares es lo habitual y el problema no es su uso en sí, sino la intensidad y el tiempo de exposición. Los otorrinos tenemos la regla del 60-60 que significa no utilizar los auriculares más de 60 minutos al día a más del 60 por ciento del volumen máximo del dispositivo”, indica Lassaletta.
El experto reconoce que “aunque hoy en día ha mejorado la concienciación e incluso algunos dispositivos nos avisan de que lo estamos usando a un volumen excesivamente alto, queda mucho por hacer: no se percibe el ruido como algo tan dañino que está pasando factura en la mayoría de la población”, advierte.
“España es un país ruidoso, es una cuestión cultural”
La pérdida de audición asociada a la edad también depende de cómo hayamos “mimado nuestros oídos”. Existen una serie de factores que pueden influir en el cuidado de nuestra salud auditiva: Unos factores son controlables como pueden ser la alimentación (no tener déficit de ninguna vitamina) o el abuso de algunos fármacos como la aspirina… Pero sin duda el factor más controlable es la exposición al ruido. Aquí debemos diferenciar entre el ruido laboral, que está más controlado; y el ruido de ocio que es “el que realmente más nos preocupa a los clínicos actualmente”, reconoce el doctor.
“España es un país ruidoso”, sentencia Lassaletta. “Es una cuestión cultural y algo que es diferente a otros países, por ejemplo del norte de Europa. En los países nórdicos el nivel de ruido que se tolera es muchísimo menor. La gente habla habla más bajo y no están acostumbrados a vivir en un entorno tan ruidoso. En España al estar acostumbrados a vivir y celebrar todo con ruido es mucho más difícil concienciar sobre la importancia de tener una buena salud auditiva”, reconoce.
Una de las demandas de los especialistas sería el establecer una edad mínima a partir de la cual se deban realizar unos controles auditivos reglados a una parte de la población, “como ya ocurre actualmente con segmentos poblacionales con determinadas características que deben hacerse una mamografía o un control de la próstata. Habría que establecer unos controles auditivos dentro del calendario sanitario”, concluye.