Empezamos a envejecer biológicamente a los 34 años según esta nueva técnica

Un análisis de sangre que revela la edad biológica ha identificado los cambios que explicarían qué deberíamos hacer para mantenernos jóvenes durante más tiempo.

A partir de los 78 años, el progresivo declive de los órganos y la pérdida de capacidad cognitiva y adaptativa, cae en picado (Foto. Freepik)
5 diciembre 2019 | 10:15 h

El envejecimiento es un proceso gradual sobre el que, de cierto modo, podemos controlar el daño que provoca en nuestro cuerpo. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos) ha llegado a la conclusión de que los primeros signos de envejecimiento pueden comenzar a identificarse desde los 34 años.

Una conclusión que han determinado en base a los resultados de los análisis de plasma sanguíneo realizados a más de 4.300 voluntarios con edades comprendidas entre los 18 y los 95 años. Los investigadores explican que los niveles de cientos de proteínas de este fluido sufren una serie de cambios derivados de la edad que son perceptibles en tres momentos de nuestra vida: a los 34, los 60 y los 78 años.

Cabe señalar que las variaciones que se producen entre los 60 y los 78 años no so muy significativas. Alrededor de los 60 años se producen los primeros síntomas relacionados con enfermedades vinculadas a la edad, se experimenta deterioro físico y, en algunos casos, también cognitivo.

Se produce una disminución de la masa ósea y los tejidos comienzan a atrofiarse. El estudio revela que, a partir de los 78 años, el progresivo declive de los órganos y la pérdida de capacidad cognitiva y adaptativa, cae en picado.

Alrededor de los 60 años se producen los primeros síntomas relacionados con enfermedades vinculadas a la edad, se experimenta deterioro físico y, en algunos casos, también cognitivo

Benoit Olivier Lehallier, autor principal del estudio, ha explicado que han desarrollado un “reloj proteómico”. Este está pensado para poder calcular la edad biológica de una persona tomando como referencia los niveles de 373 proteínas. Los resultados demuestran que las mediciones efectuadas a través de este sistema guardan una estrecha relación con la edad biológica real de las personas que no tiene por qué coincidir con la que marca el D.N.I.

Este “reloj” puede ser utilizado para predecir la salud en edades avanzadas. Un termómetro de la situación de nuestras facultades en la vejez y una prueba para demostrar la eficacia real de los tratamientos antienvejecimiento.

Dos tercios de las proteínas analizadas evolucionan de forma diferente en función del sexo

Cabe señalar que dos tercios de las proteínas analizadas evolucionan de forma diferente en función del sexo. Pero que estos datos no lleven a confusión sobre la posibilidad de que el secreto de la eterna juventud pueda residir en las transfusiones de plasma sanguíneo. Varios estudios realizados en ratones revelan que la transfusión de un individuo joven a uno de edad avanzada (parabiosis heterocrónica) revierte enfermedades asociadas a la edad y produce un rejuvenecimiento múltiple de los tejidos.

Algunas empresas trabajan con esta técnica (transfusiones de sangre procedente de jóvenes de no más de 25 años) a precios que oscilan entre los 8.000 y los 12.000 dólares. Eso sí, dejan claro que no existe un respaldo científico que demuestre la efectividad del uso de estos tratamientos.

El dato clave del citado estudio es que nuestro envejecimiento comienza alrededor de los 34 años. Este es uno de los primeros momentos vitales en la progresiva degeneración de nuestro organismo por lo que deberíamos pensar en cuidar la alimentación y poner en marcha la prevención a través de la realización de ejercicio físico.

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