Redacción | Madrid
Emily Rosa, que actualmente tiene 26 años y es psicóloga, con sólo once logró desmontar en un trabajo de clase la teoría del Reiki y el toque terapéutico.
La revistaJournal of the American Medical Association, fue la que 1998 publicó entre sus páginas el trabajo escolar de la niña.Emily Rosa entró en ese momento en la Historia de la Ciencia por ser la persona más joven en publicar una investigación científica en una revista especializada.
El Reiki y el toque mágico eran técnicas de sanación que afirmaban que las personas tenían un campo energético cuyo desequilibrio causa enfermedades. El terapeuta se dedicaba a imponer las manos para equilibrar el aura y así cambiar el flujo y mejorar la salud del paciente.
La ciencia nunca aceptó esta técnica, pero Emily fue la primera en demostrar que llegar a curar con la imposición de manos, como afirmaban los que la ejercían, no era posible.
La pequeña, para lograr su hazaña, diseñó un experimento para saber si los terapeutas del Reiki sentían el aura. La niña se sentó frente a los terapeutas, y entre ellos ponía una mampara de cartón que no le dejaba ver la cara. Sólo había dos agujeros en la mampara de cartón, por donde el terapeuta metía las manos.
El procedimiento consistía en que Emily ponía una mano, encima de una de las extremidades del terapeuta sin tocarlo, y éste tenía decir sobre que brazo notaba el aura de ella.
De los 28 análisis que realizó, acertaron un 47%, un poco por debajo de las posibilidades que tenían de acercar según la probabilidad al haber dos únicas opciones, 50%.
La creadora de esta forma de sanación,Dolores Krieger, no quiso someterse al experimento. La niña aseguró que "la vi y estaba muy asustada".
Porque salud necesitamos todos… ConSalud.es
Emily Rosa, que actualmente tiene 26 años y es psicóloga, con sólo once logró desmontar en un trabajo de clase la teoría del Reiki y el toque terapéutico.
La revistaJournal of the American Medical Association, fue la que 1998 publicó entre sus páginas el trabajo escolar de la niña.Emily Rosa entró en ese momento en la Historia de la Ciencia por ser la persona más joven en publicar una investigación científica en una revista especializada.
El Reiki y el toque mágico eran técnicas de sanación que afirmaban que las personas tenían un campo energético cuyo desequilibrio causa enfermedades. El terapeuta se dedicaba a imponer las manos para equilibrar el aura y así cambiar el flujo y mejorar la salud del paciente.
La ciencia nunca aceptó esta técnica, pero Emily fue la primera en demostrar que llegar a curar con la imposición de manos, como afirmaban los que la ejercían, no era posible.
La pequeña, para lograr su hazaña, diseñó un experimento para saber si los terapeutas del Reiki sentían el aura. La niña se sentó frente a los terapeutas, y entre ellos ponía una mampara de cartón que no le dejaba ver la cara. Sólo había dos agujeros en la mampara de cartón, por donde el terapeuta metía las manos.
El procedimiento consistía en que Emily ponía una mano, encima de una de las extremidades del terapeuta sin tocarlo, y éste tenía decir sobre que brazo notaba el aura de ella.
De los 28 análisis que realizó, acertaron un 47%, un poco por debajo de las posibilidades que tenían de acercar según la probabilidad al haber dos únicas opciones, 50%.
La creadora de esta forma de sanación,Dolores Krieger, no quiso someterse al experimento. La niña aseguró que "la vi y estaba muy asustada".
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