El embarazo en mujeres con esclerosis múltiple: “Confiere un efecto protector a la enfermedad”

La comunicación con el profesional y la adaptación del tratamiento serán esenciales para garantizar un embarazo viable en mujeres con esclerosis múltiple

Dra. Ana Belén Caminero, coordinadora del Grupo de Estudio de Esclerosis Múltiple de la SEN. (Foto: Cedida a ConSalud.es)
30 mayo 2024 | 07:00 h

En España 39.787 mujeres padecen esclerosis múltiple (EM), es decir, un 68% del total de afectados por esta patología, según la encuesta ‘Mujer y Esclerosis Múltiple’, organizada por Esclerosis Múltiple España (EME). Un diagnóstico que es muy probable que suceda entre los 20 y 50 años, es decir, en un rango de edad con un porcentaje elevado de mujeres en edad fértil.

Y es precisamente esta enfermedad la que puede ser el temor de aquellas mujeres que estén en edad fértil y quieran ser madres. Sin embargo, la esclerosis múltiple no supone ningún impedimento para las mujeres que quieran ser madres, tal y como afirma la Fundación Esclerosis Múltiple (FEM). Además de no suponer un problema, “el embarazo confiere un efecto protector a la enfermedad”, según explica la Dra. Ana Belén Caminero, coordinadora del Grupo de Estudio de Esclerosis Múltiple de la Sociedad Española de Neurología (SEN) a ConSalud.es.

"Cuando iniciamos un tratamiento con una mujer con esclerosis múltiple en edad gestacional, tanto si tiene deseo de embarazo como si no, lo tenemos en cuenta a la hora de elegir el tratamiento"

En caso de que la paciente no reciba un tratamiento adecuado antes del embarazo, “sí puede producirse un empeoramiento, especialmente en el segundo y tercer trimestre”, indica la Dra. Caminero. Además, “cuando iniciamos un tratamiento con una mujer con esclerosis múltiple en edad gestacional, tanto si tiene deseo de embarazo como si no, lo tenemos en cuenta a la hora de elegir el tratamiento”, argumenta, y asevera que existen tratamientos “que están totalmente contraindicados en el embarazo y es altamente improbable que se los demos a mujeres en edad fértil”.

Por esta razón, las mujeres que busquen un embarazo a corto plazo recibirán tratamientos que puedan compaginarse con la gestación. Mientras que, aquellas pacientes de EM que quieran ser madres a medio plazo, no tendrán tantas restricciones. “Pero sí avisamos para que nos comuniquen cuando deseen quedarse embarazadas”.

“No recomendamos el embarazo hasta que no haya pasado mínimo un año de estabilidad de la enfermedad”

Aunque no existen muchas restricciones más, como detalla la Dra. Caminero, sí existen algunos consejos por parte de los especialistas. “No recomendamos el embarazo hasta que no haya pasado mínimo un año de estabilidad de la enfermedad”, debido al riesgo de brotes. “Si se ha producido algún brote el año anterior al embarazo, el riesgo de brotes en el postparto es más elevado”, continúa explicando la especialista.

¿Y DESPUÉS DEL EMBARAZO?

Al igual que el embarazo cada vez confiere menos riesgos en mujeres con EM, el nacimiento, la lactancia y el desarrollo posterior del niño tampoco está condicionado a un peor pronóstico. Como señalan desde la FEM, también la anestesia general y la epidural son formas seguras de aliviar el dolor en mujeres que padecen esta enfermedad.

Lo que sí es cierto es que “el postparto produce un aumento del número de brotes, especialmente en los tres primeros meses”, destaca la especialista. Por esta razón, y si la mujer tiene una enfermedad muy activa, “es necesario planificar el embarazo” y de esta forma evitar riesgos ni para ella ni para el feto. Por otro lado, si la mujer ha tomado la decisión de frenar el tratamiento durante el embarazo y “si hay alto riesgo de que aparezca inflamación inflamatoria y de que aparezcan brotes en el postparto, se indica que comience el tratamiento inmediatamente después de dar a luz”.

“Es cierto que durante la lactancia hay algunos fármacos que no deben ofrecerse, pero otros no tienen ninguna contraindicación”

En el caso de la lactancia, dependerá del tratamiento. “Es cierto que durante la lactancia hay algunos fármacos que no deben ofrecerse, pero otros no tienen ninguna contraindicación”, señala la neuróloga. “Evitando los primeros siete días de la subida de la leche y a partir de la primera o segunda semana del parto, la mujer podría dar de mamar sin mucho riesgo”, añade.

El bajo riesgo también está en la herencia de la enfermedad. “No lo consideramos una enfermedad hereditaria, pero sí sabemos que la agregación familiar es una característica típica de la esclerosis múltiple”, asevera Caminero. “Los hijos que tienen un progenitor con esclerosis múltiple tienen un 1% de desarrollar la enfermedad si es un varón y un 2% si es una mujer”, puntualiza.

Por otra parte, “si un niño que nace tiene a los dos progenitores afectos, el riesgo de padecer esclerosis múltiple aumenta al 6 o 12%. Mientras el riesgo de la población en general sin familiares en primer grado afectos es de 1 por cada 1.000 habitantes”, declara la especialista. Por tanto, y aunque existan posibilidades, la esclerosis múltiple no es una enfermedad en la que se desaconseje la descendencia. “Aún sigue siendo un riesgo bajo” y esto motiva a todas aquellas mujeres que quieran ser madres. “Los embarazos en mujeres con esclerosis múltiple han aumentado de manera significativa. Pocas son las mujeres con esclerosis múltiple que tienen miedo de quedarse embarazadas en la actualidad”, concluye.

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