La Ginecología y Obstetricia está avanzando a pasos agigantados, permitiendo que los embarazos sean más seguros y garantizando la viabilidad -o no- de ellos desde un primer momento. No obstante, la naturaleza es caprichosa -y la ciencia también- y en muchas ocasiones hay contratiempos imprevisibles contra los que no se puede luchar. Es el caso del embarazo ectópico, una fecundación fallida que puede poner en riesgo la vida de la mujer.
“Se produce cuando la implantación del óvulo fecundado ocurre fuera de la cavidad uterina, que puede ser tanto en la trompa, como en el propio ovario o en la cavidad abdominal”, así lo explica en declaraciones a ConSalud.es la Dra. Pilar Lafuente, especialista en Ginecología y Obstetricia. Este tipo de embarazo puede dar lugar a varios síntomas, dos de ellos son el dolor y el sangrado vaginal. Estos síntomas se empiezan a manifestar “entre las 4 y 7 semanas de gestación, generalmente”, explica la experta. Además, estos embarazos “tienen una prevalencia de entre 4 y 13 embarazos de cada 1.000 nacidos vivos que actualmente parece estar creciendo”.
"Tenemos tratamientos muy eficaces para evitarlo, con un éxito del 85%"
Asimismo, esta situación “puede ser un riesgo para la vida de la paciente si no se atiende rápidamente”, afirma la ginecóloga. Pero, aunque el embarazo ectópico puede dar lugar a hemorragias que pongan en riesgo la vida de la mujer, “actualmente muy pocas muertes ocurren por este motivo”, puntualiza. “Además, tenemos tratamientos muy eficaces para evitarlo, con un éxito del 85%”, añade.
Aunque sí es cierto que pueden surgir problemas en el diagnóstico. “Muchas veces no está claro”, indica la especialista. “Al principio de la gestación lo normal es que cada 48 horas la hormona del embarazo vaya duplicándose, que es la que nos va a indicar si el embarazo está in situ o no”, continúa. Una situación que en ocasiones puede complicar el diagnóstico.
Por lo general, “subiendo la hormona del embarazo podríamos identificarlo”, pero es un diagnóstico “que a veces cuesta”, asegura la Dra. Lafuente. Esta técnica manual se realiza en un laboratorio que, generalmente, “debe ser el mismo para que no haya variaciones”, añade. No obstante, aunque se lleven a cabo estas pruebas, la sanitaria asegura que “hay veces que si los niveles de la hormona son muy pequeños, ecográficamente esto tampoco tiene traducción”.
Cuando este tipo de embarazos se da “puede que se produzca un aborto y que no lleve a ninguna consecuencia”, afirma la especialista. Pero también existe el riesgo de que “la hormona suba mucho y haya líquido libre en la cavidad, lo que nos indica que hay un sangrado activo y por tanto, se necesitará una operación de urgencia”, explica la Dra. Lafuente.
LOS FACTORES DE RIESGO
En cualquier caso, los embarazos ectópicos ocurren generalmente en mujeres que presentan determinados factores de riesgo. “Es más frecuente en pacientes que están sometidas a técnicas de reproducción”, indica. Y es que, las trompas de estas mujeres pueden estar afectadas y, por tanto, ser un factor de riesgo para que se produzca este embarazo.
También en pacientes que han sufrido “enfermedad inflamatoria pélvica o infecciones de transmisión sexual”, sostiene la especialista en Ginecología y Obstetricia. “Otros factores de riesgo son las malformaciones uterinas o los miomas dependiendo de la localización que tengan”, añade.
Y, por último, haber sufrido un embarazo ectópico también puede ser un factor de riesgo, aunque es cierto que todo dependerá de si se ha sometido a tratamiento o intervención en el caso anterior. “Cuando hacemos un tratamiento médico sí puede tener una mayor predisposición a sufrir otro embarazo ectópico”, indica la doctora, “si en lugar de operar, la tratamos mediante inyección, la otra trompa puede no quedar sana" y, por tanto, podría producirse otro embarazo de este tipo.