El 7% de las embarazadas consume cannabis y la mayoría continúa con el hábito durante la lactancia

Desde la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) abogan por romper con el estigma asociado para que las mujeres puedan pedir ayuda, buscar seguimiento y recibir tratamiento

Mujer consumiendo cannabis (Foto. Freepik)
1 agosto 2024 | 12:45 h
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La Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) señala que el 7% de las mujeres embarazadas consume cannabis, al menos al principio del embarazo, y que muchas de ellas continúan con el hábito durante la lactancia. El 90% de ellas refiere encontrar el alivio de la ansiedad en el consumo de esta sustancia gracias a su efecto ansiolítico e hipnótico.

Desde SEPD indican que las cifras de incidencia podrían ser incluso mayores en los países en los que el cannabis se encuentra legalizado. Unos hechos alarmantes que se relacionan con el aumento de los diagnósticos de trastorno por el consumo de este estupefaciente durante el embarazo. Canadá es ejemplo de ello, donde la incidencia de los trastornos por consumo de cannabis durante la gestación se ha incrementado en un 20%.

Lo cierto es que se necesitan más datos sobre el número de mujeres que presentan patología dual (la confluencia de una adicción y otro trastorno mental) durante el embarazo o postparto. Daniel Bergé, psiquiatra perinatal en el Hospital del Mar de Barcelona y miembro de la SEPD, advierte que es “muy complicado” calcular el riesgo del consumo aislado durante el embarazo y la lactancia, pues “muchas mujeres que consumen cannabis también fuman tabaco, llevan un estilo de vida menos saludable y a veces consumen alcohol u otras sustancias”.

"Muchas madres pueden sentir temor a una eventual intervención de los servicios de protección a la infancia"

Sin embargo, el experto recuerda que existen estudios rigurosos de años de seguimiento de mujeres que consumían cannabis durante el embarazo. Y sus conclusiones coinciden en que este consumo aumenta en un 50% el riesgo de retraso en el crecimiento del feto, parto más prematuro y bajo peso al nacer. Y en el largo plazo, es decir, durante la infancia y la adolescencia, incrementa el riesgo de dificultades en atención e hiperactividad. Otro estudio reciente señala que el consumo de cannabis en mujeres embarazadas multiplica por dos el riesgo de que el niño desarrolle TDAH.

Bergué expone que, “si es difícil aislar los efectos del consumo de cannabis durante el embarazo, aún lo es más en la lactancia, ya que la mayoría de mujeres que consumen cannabis durante la lactancia, también lo hacían durante el embarazo”. A ello hay que sumarle el estigma sobre la salud mental y las adicciones, que se multiplica en el caso de las mujeres embarazadas o que han sido madres: “Es una gran barrera a la hora de pedir ayuda, buscar seguimiento y tratamiento. Más aún si tenemos en cuenta que muchas madres pueden sentir temor a una eventual intervención de los servicios de protección a la infancia”.

"Hay que dar la información de los riesgos, sin juzgar ni estigmatizar"

Por todo ello, el psiquiatra perinatal pone el foco en la importancia de “formar mejor” a los profesionales que atienden en primera línea el embarazo y el posparto, con el objetivo de que sepan cómo preguntar y abordar el consumo de cannabis: “Hay que dar la información de los riesgos, sin juzgar ni estigmatizar, y no dar por sentado que las madres conocen bien estos riesgos. Algunas personas pueden tener una falsa sensación de sustancia inofensiva, por lo accesible que es y lo generalizado que está su uso. Con el alcohol este problema es aún mayor”.

Asimismo, destaca la necesidad de incluir preguntas sobre el consumo de cannabis en el programa rutinario de seguimiento del embarazo y la puesta en disposición de servicios de atención adecuados. Gracias a ellos, las mujeres gestantes o las madres que tengan más dificultad para abandonar el consumo de cannabis “podrían hacer un tratamiento y tener el seguimiento adecuado”, concluye Bergué.

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