El virus respiratorio sincitial es el causante del 80% de los casos de bronquiolitis

Redacción | Madrid

El virus respiratorio sincitial, más conocido como el de los bebés, es el causante, aproximadamente, del 80% de los casos de bronquiolitis, según se extrae de un estudio elaborado por un grupo de especialistas coordinados por el experto Blanco del Val.

Este trabajo, que se presenta con motivo del inicio de la estación epidémica por este virus, la cual finaliza en abril, confirma también que el descenso de temperaturas "favorece su transmisión". Por ello, en España, "casi el 60% de los niños han desarrollado la infección al año de edad y casi el 80% a los dos años", se observa.

Además, los especialistas indican que "entre el 0,5% y el 2% de los afectados son hospitalizados", tasa que "llega a aumentar hasta el 13% en niños considerados de alto riesgo". Entre éstos se encuentran "los prematuros y los niños con cardiopatías congénitas o con enfermedad pulmonar crónica", señalan.

Los brotes a causa del virus respiratorio sincitial son anuales y "están asociados, mayoritariamente, con la temporada de lluvias y frío en el hemisferio norte, y con las estaciones secas en el sur", explican los expertos, que subrayan que la mayor parte de las infecciones se producen "entre los meses de octubre y mayo".

CURSA COMO UN CATARRO COMÚN AL PRINCIPIO

En cuanto a la sintomatología de este virus derivado en bronquiolitis que tienen una permanencia de unos 15 días, sostienen que la básica es "similar" a la del catarro común, por lo que ésta responde a "tos, exceso de mucosidad, congestión nasal y fiebre baja".

Tras ello, se pueden desarrollar otros signos como "tos grave y persistente, dificultades para respirar, cansancio y fatiga constantes, aumento de la frecuencia respiratoria, pérdida del apetito, frecuencia cardíaca acelerada, adormecimiento y dificultad para conciliar el sueño, deshidratación o piel azulada", informan.

Como prevención ante ello, apuestan por acometer medidas higiénicas y profilácticas, entre las que destacan "el lavado frecuente de manos antes y después de estar en contacto con un bebé, evitar entornos cerrados y hacinados, mantener limpias las superficies que están en contacto con él, y utilizar pañuelos desechables".


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