Se trata de un tratamiento consistente en la administración de hormonas exógenas, especialmente estrógeno y progesterona, que el cuerpo ha dejado de producir como consecuencia del inicio de la menopausia, una etapa de la vida de la mujer en la que cesa su actividad ovárica. Con ello, se logra reducir síntomas como los sofocos, la sudoración sin motivo aparente o la sequedad vaginal, lo que mejora la calidad de vida de la mujer.
Las terapias hormonales para la menopausia se pueden administrar mediante comprimidos, parches, cremas o geles así como mediante nuevos dispositivos que contienen soluciones para una pulverización transdérmica.
Algunos estudios, además, señalan que estos tratamientos ejercen un efecto cardioprotector sobre la mujer y mejoran la densidad mineral ósea (previniendo la osteoporosis) y la atrofia urogenital.
En cuanto a los tipos de tratamiento, existen terapias que aportan sólo estrógenos o tratamientos combinados que aportan al mismo tiempo estrógenos y progesterona.
Además, estos tratamientos hormonales pueden encontrarse en numerosas formas de aplicación. Entre ellas, se encuentran los comprimidos de administración oral, los parches que se aplican en la piel, cremas o geles vaginales, así como nuevos dispositivos que contienen soluciones para pulverización transdérmica.
Tanto el tratamiento a elegir, como la duración del mismo ha de ser personalizado para cada mujer, por lo que los expertos aconsejan acudir a el/la ginecólogo/a antes de iniciar cualquier tipo de tratamiento para reducir los síntomas de la menopausia.