Según datos del Eurobarómetro, el 28% de los ciudadanos españoles consume tabaco, lo que sitúa a nuestro país como una de las regiones con más fumadores de la Unión Europea (UE). Con el propósito de abandonar esta adicción, son muchas las personas que buscan una solución alternativa. Conscientes de los anhelos de muchos habitantes, la compañía tabacalera Philip Morris ha lanzado al mercado el dispositivo IQOS (I Quit Ordinary Smoking), un mecanismo que calienta el tabaco sin llegar a quemarlo.
El sistema diseñado por la multinacional con sede en Nueva York permite que el tabaco adquiera temperaturas que oscilan entre los 350-400°C, muy lejanas a los 1000 grados que se necesitan en los cigarrillos manufacturados para que esta sustancia se queme. De esta forma no se produce pirolisis y, en consecuencia, el humo que se libera es portador de un menor número de sustancias tóxicas para el fumador.
"Se ha detectado una cantidad similar de nicotina a la que poseen los cigarrillos normales, por lo que produce la misma adicción que el tabaco convencional"
No obstante, desde la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (Separ) han advertido de que estudios recientes demuestran que IQOS no evita la presencia de sustancias tóxicas que son nocivas para tanto para el organismo de los consumidores como para su entorno cercano. Con el objetivo de profundizar en esta cuestión, ConSalud.es ha charlado con el doctor Carlos Jiménez Ruiz, neumólogo y presidente de esta sociedad científica.
SUSTANCIAS CANCERÍGENAS PRESENTES EN EL HUMO
El máximo responsable de Separ revela que, aunque el dispositivo "permite consumir esta sustancia de una forma distinta al cigarrillo es, al fin y a la postre, tabaco". En este sentido, el facultativo indica que un estudio publicado en la prestigiosa revista científica JAMA Internal Medicine ha desvelado que se han detectado sustancias cancerígenas en el humo que genera IQOS.
"Se ha observado una cantidad similar de nicotina a la que poseen los cigarrillos normales, por lo que produce la misma adicción que el tabaco convencional", apunta el doctor Jiménez. Junto a ello, "se ha localizado una sustancia como el acenafteno, un hidrocarburo aromático policíclico que es carcinógeno y que se que se halló en una concentración de humo en IQOS de más del doble a la que se encontró en los cigarrillos manufacturados", indica el neumólogo.
LOS FUMADORES PASIVOS, PERJUDICADOS
El presidente de la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología advierte, así mismo, que este mecanismo damnifica la salud de los fumadores pasivos. "Se ha demostrado que el humo que libera IQOS libera partículas, menores de 0,5 micras de diámetro, que se quedan flotando en el ambiente y que pueden ser inhaladas por aquellas personas que no son consumidoras de tabaco", subraya el médico.
"Se ha demostrado que el humo que libera IQOS libera partículas que se quedan flotando en el ambiente y que pueden ser inhaladas por aquellas personas que no son consumidoras de tabaco"
Estas sustancias, manifiesta Carlos Jiménez, "son capaces de llegar a la sangre de los no fumadores y producir todo tipo de lesiones". "Por todo ello, consideramos queIQOS no es un dispositivo saludable", concluye el presidente electo de Separ.