Continúan las malas noticias procedentes de Estados Unidos con respecto al sarampión. El brote que vive el país desde hace semanas ya es el peor de los últimos 25 años. La causa de la propagación de la enfermedad es la información errónea sobre las vacunas.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos han informado que con fecha de 26 de abril se han detectado más de 700 casos, lo que supone un aumento del 1,3 % desde el recuento más cercano, que situaba los casos en torno a los 695.
Entre recuento y recuento, los casos han aumentado un 1,3%
La gran mayoría de los casos se han producido en niños que no han recibido la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola, que confiere inmunidad a la enfermedad, dijeron los funcionarios.
“El sufrimiento que estamos viendo hoy es completamente evitable”, ha dicho esta semana el secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Alex Azar, en declaraciones recogidas por Reuters. “Sabemos que las vacunas son seguras porque están entre algunos de los productos médicos más estudiados que tenemos”.
Una parte importante de los padres estadounidenses se está negando a vacunar a sus hijos creyendo, erróneamente, que no existe evidencia científica sobre su efectividad llegando incluso que pueden causar autismo.
A pesar de que la enfermedad puede llegar a ser mortal, todavía no se ha registrado ninguna muerte. Sin embargo, en el 2 % de los casos el sarampión ha provocado neumonía y el 9 % de los afectados ha tenido que ser hospitalizado debido a complicaciones derivadas de la enfermedad.
El propio presidente estadounidense, Donald Trump, ha recordado la importancia de vacunarse para prevenir la propagación del sarampión. Unas declaraciones que han sorprendido a la población del país puesto que en el 2014 puso en duda la efectividad de las vacunas recomendadas por el gobierno.