El 25% de los españoles podría sufrir algún tipo de alergiaa lo largo de su vida, según estimaciones de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). La rinitis es la patología alérgica más frecuente en nuestro país, ya que afecta actualmente al 21% de la población y se prevé que puede llegar a ascender al 25% en el año 2030.
“El estilo de vida moderno es una forma de vida que favorece tremendamente el desarrollo de enfermedades alérgicas”, afirma en declaraciones a ConSalud.es, la Dra. María José Torres, presidenta de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI),y catedrática del Departamento de Medicina y Dermatología de la Universidad de Málaga.
La experta explica que “una persona es alérgica cuando reacciona de forma inapropiada a agentes que normalmente no se debería reaccionar de esta forma como puede ser un cacahuete, una aspirina o un polen de olivo”. Detalla que estas reacciones inapropiadas se producen por dos cosas fundamentales: “Estamos sometidos a continuos ataques de productos químicos que están en el ambiente, en la dieta, en una pasta de dientes o en un colutorio. Todo esto rompe nuestras barreras, por ejemplo, las uniones que hay en las células a nivel del tracto digestivo, a nivel respiratorio, a nivel de la mucosa oral e incluso en la piel, provocando que al estar esas uniones abiertas, un producto pueda entrar en nuestro sistema inmunitario y nosotros reaccionemos”.
“Estamos sometidos a continuos ataques de productos químicos que están en el ambiente, entran en nuestro sistema inmunitario y reaccionamos”
Por otro lado, la experta apunta a agentes como el polen: “Cuando es atacado por la contaminación es más agresivo y produce una sustancia que induce más alergia que cuando está sin contaminación. Esto crea una tormenta perfecta: no solamente porque nuestras barreras están deterioradas, sino porque además las sustancias a las que nos exponemos son más agresivas desde el punto de vista inmunológico”.
“Todo esto hace que en el futuro vayamos a ver un aumento importante de las enfermedades alérgicas”, vaticina la experta, quien apunta que entre los profesionales de la alergología la preocupación no es sólamente por el número de casos, sino por la gravedad de estas reacciones.
En el caso de las alergias respiratorias, el adelanto estacional de la primavera, derivado por el cambio climático y la contaminación ambiental, provoca un impacto muy negativo en este tipo de pacientes. Concretamente, el incremento de la temperatura global como consecuencia de los gases de efecto invernadero y el descenso en la frecuencia de las precipitaciones tienen una relación directa con el aumento de la concentración de polen que producen las plantas durante la floración y el aumento del período de exposición.
“Está demostrado que los microplásticos alteran nuestra barrera epitelial y cada vez están más presentes en nuestro día a día”
En la línea de la prevención, la experta recuerda que debemos leer bien todos los productos que tomamos. “Debemos evitar los que lleven una gran cantidad de aditivos y productos químicos, tenemos que intentar volver a retomar nuestro contacto con la naturaleza y en todo lo que podamos intentar evitar el contacto con microplásticos”, detalla la Dra. Torres. “Está demostrado que los microplásticos alteran nuestra barrera epitelial y cada vez están más presentes en nuestro día a día. Cada uno en nuestro pequeño ambiente podemos hacer muchas cosas para contribuir a reducir el impacto global del cambio climático”, añade.
Ante este panorama que se avecina, la experta apuesta por el diseño de modelos predictivos para estratificar el riesgo de los pacientes de ser alérgicos y recuerda que “es fundamental continuar investigando y trabajando en esta línea para diseñar herramientas predictivas validadas en diferentes poblaciones y para diversos fármacos, con el objetivo de realizar una medicina de precisión eficiente”.