El escándalo de las vacunas adulteradas pone en duda la sanidad China y enciende todas las alarmas por parte de los padres cuyos niños podrían haber recibido estas inyecciones. La polémica salió a la luz hace dos días, cuando la Comisión Central de Inspección y Disciplina del país abrió una investigación contra la compañía Changsheng Biotech, acusada de fraude por adulterar sus vacunas.
En concreto, la acusación alega que la empresa habría falsificado datos de la producción y la distribución de sus compuestos contra la rabia inoculada en humanos, por lo que las autoridades chinas ordenaron inmediatamente detener la producción, lo que ha puesto en jaque la credibilidad del sector sanitario nacional.
Las autoridades chinas ordenaron inmediatamente detener la producción de las vacunas fabricadas por la compañía
En este contexto, los padres chinos se han mostrado conmocionados al conocer que cientos de miles de niños del país podrían haber sido vacunados con estos compuestos de dudosa calidad, según reporta EFE. Además, la indignación entre la población se agudiza después de que el gobierno de China haya hecho público que la compañía había violado los estándares de fabricación de por lo menos 250.000 dosis para la difteria, el tétanos y la tosferina.
EL CURSO DE LA INVESTIGACIÓN
Este martes se anunció que la presidenta de la farmacéutica china, Gao Junfang, fue detenida para ser interrogada junto a otros tres directivos de la empresa, según adelantó la propia firma. No obstante, las autoridades pusieron a disposición judicial a la presidenta mientras realizan las investigaciones oportunas.
Por su parte, Xi Jinping, presidente de China, calificó las ilegalidades de Changsheng Biotech de “espantosas y terribles”, y ha reiterado “la importancia de imponer un severo castigo a las compañías y personas implicadas”.