Si el cáncer utiliza una enorme variedad de recursos para progresar, su estudio también debe desplegar estrategias muy diversas para cercarlo. Consciente de esta necesidad, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) continúa potenciando sus programas de Oncología Molecular y de Biología Estructural con expertos que aportan enfoques novedosos, tanto a nivel molecular como de uso de nuevas tecnologías y de aplicación en clínica. Ahora, se unen a sus filas los investigadores Felipe Cortés, Eva González Suárez y Solip Park para potenciarlos estudios en metástasis y de daños al ADN y explorar el revolucionario enfoque de la biología de sistemas, que busca dar respuesta a problemas biológicos incorporando disciplinas diferentes a la biología, como la física o las matemáticas. Además, Eva Ortega-Paíno se incorpora al Centro para liderar el Biobanco CNIO.
Felipe Cortés llega al CNIO para dirigir el Grupo de Topología y Roturas de ADN, potenciando así una de las fortalezas del CNIO, el estudio del papel del daño en el ADN en el origen del cáncer, área de investigación en la que el CNIO tiene un gran prestigio internacional. El ADN está expuesto continuamente a daños procedentes del propio organismo (como los fallos que pueden ocurrir durante la división celular, un proceso que se está produciendo continuamente) o del ambiente (como las quemaduras solares o el tabaco) y que están directamente relacionados con la aparición del cáncer. Desarrollar fármacos que potencien los mecanismos moleculares de reparación contra estos daños es uno de los grandes objetivos de los científicos.
Felipe Cortés estudiará la organización del genoma y los procesos de reparación del ADN
El grupo de Cortés se centrará en el estudio de las topoisomerasas, unas enzimas que normalmente participan en la organización del genoma, pero cuyo funcionamiento puede dar lugar a daños en forma de roturas del ADN. Así, cuando muestran un funcionamiento desregulado, pueden contribuir a que se disparen procesos tumorales de todo tipo. Además, están relacionadas con la respuesta hormonal, lo que también abre vías a explorar su implicación en determinados tipos específicos de cáncer, como los de próstata, mama y ovario. Por otro lado, algunas terapias antitumorales se valen de esta capacidad de las topoisomerasas de inducir roturas de ADN para matar preferentemente las células tumorales, pero estos tratamientos pueden tener como consecuencia el desarrollo de tumores secundarios asociados.
“En el CNIO tendremos el ambiente ideal para trasladar nuestros descubrimientos sobre el funcionamiento y organización del genoma a contextos más fisiológicos de procesos tumorales y su tratamiento”, explica. Además, la interacción con grupos de otros programas “nos puede ayudar a dar un enfoque más clínico a nuestras investigaciones”.
Felipe Cortés proviene del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER). Ha publicado como autor principal en revistas del más alto nivel, como Nature o Science. En 2014, recibió el Premio Investigador Joven SEBBM que concede la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular y, también ese año, entraba a formar parte de la red de Jóvenes Investigadores de la Organización Europea de Biología Molecular (EMBO), EMBO Young Investigator-, que reúne a los más brillantes jóvenes investigadores europeos del área de las ciencias de la vida. Además, es merecedor de uno de los prestigiosos proyectos de investigación ERC Consolidator Grant, que ha trasladado al CNIO.
UNA VÍA MOLECULAR IMPORTANTE EN CÁNCER DE MAMA
La incorporación de Eva González Suárez liderando el Grupo de Transformación y Metástasis, potenciará otra de las líneas estrellas del CNIO: el estudio de la metástasis. El objetivo de González Suárez es la identificación de nuevas terapias para el tratamiento del cáncer de mama y otros tumores sólidos. Uno de los objetivos es verificar si los inhibidores de la vía de RANKL -que ya se están utilizando contra metástasis óseas en pacientes de cáncer- podrían ser eficaces también para prevenir y tratar estos tumores, reduciendo la aparición de metástasis y la mortalidad. Al igual que Cortés, González Suárez ha conseguido uno de los prestigiosos proyectos de investigación ERC Consolidator Grant, que traslada al CNIO.
“La vía de RANK actúa directamente sobre las células tumorales pero también sobre su entorno, incluidas las células del sistema inmunitario que tienen capacidad para atacar el tumor y eliminarlo”, explica González Suárez. “Nuestro objetivo es desgranar los mecanismos por los que estas y otras proteínas regulan la iniciación y progresión tumoral, y explotarlo para desarrollar nuevas terapias capaces de disminuir la mortalidad por cáncer. Por otro lado, nuestro laboratorio trabaja en la identificación de mecanismos de resistencia a quimioterapia y otros tratamientos que se utilizan actualmente en la clínica”.
Eva González Suárez investigará la biología molecular de tumores para identificar nuevas terapia
Aunque la investigación ha logrado grandes avances en el diagnóstico temprano y tratamientos, que han hecho que la supervivencia al cáncer de mama aumente significativamente en los últimos años, la mayor parte de los pacientes reciben quimioterapia con importantes efectos secundarios y muchos de ellos no responden a los tratamientos disponibles en la actualidad o desarrollan resistencia a ellos (como se ha observado, por ejemplo, con los taxanos). Por lo tanto, es esencial continuar profundizando en las causas de este tipo tumoral para seguir aumentando su calidad de vida y reduciendo la incidencia y mortalidad.
Eva González Suárez se doctoró en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Posteriormente, durante su paso por la industria farmacéutica de Estados Unidos, inició sus trabajos en cáncer de mama y descubrió que este tipo tumoral podría prevenirse con unos fármacos hasta entonces empleados para patologías relacionadas con el hueso. Tras 4 años de experiencia internacional en industria, se incorporó al Idibell como jefa de grupo. Cuenta con más de 40 publicaciones en revistas de alto impacto y relevancia internacional, coordina un ensayo clínico en cáncer de mama y pertenece a varias sociedades internacionales de investigación.
BIOLOGÍA DE SISTEMAS PARA ENTENDER EL CÁNCER
Solip Park liderará el Grupo de Genómica Computacional del Cáncer para estudiar por qué los genes relacionados con el cáncer, tanto los promotores como los supresores de tumores, no tienen un comportamiento similar en los diferentes tipos tumorales. “Por ejemplo, PTEN es uno de los supresores tumorales más conocidos en muchos tipos de cáncer”, explica, “pero su mecanismo de acción puede cambiar en los diferentes tipos, debido a las características genéticas particulares de cada paciente”. Park buscará variantes genéticas de pacientes que ayuden a explicar estas diferencias. Para ello, realizará análisis de muestras de tumores a gran escala utilizando métodos computacionales y, más adelante, ampliará esta idea a nivel poblacional. “Por ahora, más del 80% de los datos genómicos pertenecen a europeos. Las variantes específicas de otras poblaciones son muy importantes para entender por qué el cáncer incide de manera diferente entre ellas”.
El enfoque de su grupo se enmarca dentro de las nuevas estrategias para interpretar los procesos biológicos de manera global, como los complejos sistemas que en realidad son: ya no basta, por ejemplo, con estudiar un solo gen, en profundidad, pero de manera aislada, sino de analizar también las relaciones que establece con otros genes, cómo es afectado por el resto del genoma o por el entorno, etc. Es la llamada biología de sistemas, que emplea diferentes disciplinas para abordar un problema biológico (biología molecular, computación, física, matemáticas…).En este sentido, el cáncer es una de las enfermedades más complejas, que involucra un gran número de factores, por lo que este enfoque se revela como una importante estrategia para continuar desarrollando la medicina personalizada y de precisión.
El enfoque de su grupo se enmarca dentro de las nuevas estrategias para interpretar los procesos biológicos de manera global
Park inició su carrera científica como bioinformática en Postech (Corea del Sur), donde, entre otras investigaciones, estableció nuevas conexiones moleculares entre enfermedades que suelen aparecer simultáneamente en un mismo paciente -como, por ejemplo, la obesidad y la diabetes-. Desde 2012, ha trabajado en el Centro de Regulación Genómica (CRG), donde ha realizado estudios a gran escala de datos genómicos del cáncer.
NUEVA ETAPA DEL BIOBANCO CNIO
El CNIO potencia su Biobanco con la incorporación de Eva Ortega-Paíno como jefa de la Unidad. Ortega tiene más de 25 años de experiencia en industria, academia y sector sanitario. En los últimos siete años, su campo se ha centrado en la gestión científica, trabajando en Suecia en Programas Estratégicos de Innovación, así como para la red nacional sueca de Biobancos Bbmri.se, ahora Biobank Sverige. Ortega-Paíno ha coordinado la región de Escania para esta red y ha participado en grupos de trabajo en el consorcio europeo Bbmri-ERIC.
“Vuelvo a Madrid con energías renovadas para colocar al Biobanco CNIO al frente de los biobancos no solo nacionales, sino también internacionales, y convertirlo en un referente para la investigación en cáncer”, explica. Para ello, proporcionará asesoramiento a los investigadores en cuestiones tanto regulatorias como de gestión y calidad de muestras, y les facilitará el acceso a muestras de calidad mediante la colaboración, entre otros actores, con la Red Nacional de Biobancos, en la que el Biobanco CNIO ha tenido un papel crucial desde su formación.
“Mi meta final es conseguir que el proceso de obtención de muestras humanas se agilice, para que se traduzca en una investigación eficaz y con marca de calidad superior, que revierta en un futuro cercano en el bienestar y la salud de la sociedad”, concluye.