Investigadores de la Escuela Nacional de Sanidad (ENS), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III, ofrecieron este miércoles en Gijón una charla sobre cambio climático impacto en la salud del cambio climático, temperaturas extremas y contaminación atmosférica, organizada por la federación de asociaciones de vecinos del municipio asturiano y por Ecologistas en Acción Asturias.
Cristina Linares, científica titular en la ENS, y Julio Díaz, jefe del Departamento de Epidemiología y Bioestadística también en la ENS, hablaron del cambio climático como “uno de los retos ambientales trascendentales a los que se enfrenta la humanidad a escala global, que influye sobre muchos sectores y alcanza su máximo exponente en el área de la salud”.
"El cambio climático es uno de los retos ambientales trascendentales a los que se enfrenta la humanidad a escala global, que influye sobre muchos sectores y alcanza su máximo exponente en el área de la salud"
Se calcula que un 3% de las muertes que se producen cada año en España están causadas por factores asociados a la contaminación atmosférica, que causa anualmente unas 10.000 muertes prematuras, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y el Ministerio de Medio Ambiente. Un tercio de la población española respira aire con excesivos niveles de contaminación.
Recordando uno de los mensajes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Linares y Díaz apuntaron: “El cambio climático no causa enfermedades, sino que magnifica los efectos de muchas”, como el asma, la neumonía y el cáncer de pulmón, entre otras. Los efectos directos del cambio climático (olas de calor y frío, eventos meteorológicos extremos, inundaciones y sequias…) y sus efectos indirectos (aumento de la contaminación atmosférica y aeroalérgenos, cambio en la distribución de vectores de enfermedades infecciosas, menor disponibilidad de agua, inseguridad alimentaria…) hacen necesario “integrar la salud en las políticas energéticas y climáticas, mejorando la salud pública, porque el cambio climático influye en los determinantes sociales y medioambientales de la salud”.
Los investigadores de la ENS también dijeron que, “pese a la innegable implicación que el cambio climático tiene en la salud, en España no hay ningún organismo a nivel estatal que analice los impactos del cambio climático en la salud de forma global y transversal”, por lo que solicitaron un impulso al manejo y articulación de “políticas de salud necesarias para minimizar dichos efectos”. Al respecto, varias comunidades autónomas y ciudades españolas ya tienen planes específicos de actuación en situaciones episódicas de contaminación, aunque Díaz y Linares creen que se necesitan acciones más globales y coordinadas, como un plan de prevención estatal, articulado por el Ministerio de Sanidad, similar al que ya existe para casos de altas temperaturas.
Se estima que la contaminación atmosférica causa en esta comunidad autónoma 830 muertes cada año
En la conferencia se trataron de forma específica dos de los impactos directos que el cambio climático tiene sobre la salud. Por un lado, se habló de los factores vinculados con la contaminación atmosférica química, con apuntes sobre el impacto del ruido sobre la salud y, por otro, se dieron pinceladas de los efectos de los extremos térmicos en la salud mediante un análisis de impactos pasados, presentes y futuros.
Ya que la conferencia tuvo lugar en Gijón, Linares y Díaz ofrecieron algunos datos sobre Asturias. Se estima que la contaminación atmosférica causa en esta comunidad autónoma 830 muertes cada año. De este total, 300 se asocian con la influencia de micropartículas en suspensión; 440 muertes se vinculan con el dióxido de nitrógeno, que surge de la combustión de los motores de los coches, las cocinas de gas o el humo del tabaco; y 90 muertes se relacionan con el ozono, un contaminante secundario cuyo origen está en los óxidos nitrosos de los motores y en los compuestos orgánicos volátiles. Estas 830 muertes calculadas supondrían casi un 7 por ciento de la mortalidad total que se produce en Asturias cada año, un valor muy por encima del 3% de muertes por contaminación atmosférica para toda España.
Los extremos térmicos, situaciones de mucho calor o mucho frío vinculadas con los efectos del cambio climático, también afectan a la mortalidad. En Asturias, por ejemplo, la temperatura de definición de ola de calor es de 30 grados centígrados, y lleva asociada una mortalidad de 33 muertes al año. Los cálculos para el futuro van a más: la media de las temperaturas máximas diarias en verano pasará a ser de 23,2 grados en el periodo 2021-2050, y de 25,5 º grados en el periodo 2051-2100, lo que dejaría un aumento de 3,3 grados en comparación con los valores actuales.
Los científicos del ISCIII también citaron el impacto que la contaminación atmosférica tiene sobre las variables adversas al nacimiento; las partículas en suspensión afectan a los partos prematuros y a los nacimientos con bajo peso, y se calcula que se relacionan con 68 partos prematuros y 44 nacimientos con bajo peso cada año.