La resistencia a los antibióticos es responsable cada año en Europa de 25.000 muertes y supone un coste de 1.500 millones de euros derivados de la atención sanitaria y la pérdida de productividad. Para 2050 la resistencia a los antimicrobianos podría convertirse en una causa de muerte más común que el cáncer. Ante esta situación, la Unión Europea ha publicado en junio deeste año un Plan de Acción que pide la colaboración de autoridades sanitarias, administraciones, profesionales sanitarios, veterinarios y ciudadanos en la búsqueda de soluciones; la ampliación de la investigación y el desarrollo y la concienciación para un consumo responsable de los antibióticos.
El Rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, César Nombela, catedrático de Microbiología, señala que, a pesar de que el fenómeno de la resistencia de los microorganismos a los antibióticos es conocido desde hace décadas, el problema persiste y se amplía en extensión y en amplitud. “Por ello, si el uso racional del medicamento es siempre necesario, en el caso de estos fármacos el tratamiento de cualquier infección ha de tener en cuenta, no sólo el objetivode tratar eficazmente la infección en el enfermo afectado, sino las consecuencias que pueden derivar para el uso futuro de cada antibiótico”, apunta.
Si el problema de las resistencias a los antibióticos en Europa es preocupante, en España es más grave aún, pues en 2015 se dispensaron 22,24 dosis diarias de estos fármacos por cada mil habitantes en Atención Primaria, según datos del Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades, casi dos puntos más que la media de la OCDE. No es solo una cuestión de prescripción, sino también de concienciación. En Medicina de Familia es donde más se detecta que los ciudadanos no conocen los riesgos de la resistencia antibiótica: en España, un 74% de los facultativos y un 98% de los farmacéuticos han recibido peticiones de los pacientes para que les recetaran/vendieran directamente un antibiótico. Además, es el segundo país en el que los padres usan más antibióticos sin prescripción para medicar a sus hijos (29%).
OPTIMIZAR EL USO DE LOS ANTIBIÓTICOS
La importancia de la formación en la lucha contra las resistencias es clave, tanto para población general como para los médicos y demás profesionales sanitarios. A ello se dedican los Programas de Optimización de Antibióticos, también llamados Programas AMS PROA, que siguen los principios del curso: saber escoger el tratamiento apropiado, para el paciente adecuado y durante el tiempo preciso. Estos programas pretenden corregir problemas como por ejemplo “las duraciones inadecuadas de los fármacos, y a la larga, demostrar que, en muchas infecciones, tiempos más cortos de lo que habitualmente se consideraban estándares pueden ser suficientes”, explica Emilio Bouza, jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Gregorio Marañón y codirector de la jornada.
José Miguel Cisneros, director de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla y presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), es el coordinador del programa AMS PROA en Andalucía (programa PIRASOA), la comunidad autónoma con el plan más desarrollado. “Disponemos de datos públicos y resultados positivos que son muy alentadores, porque demuestran la eficacia de los PROA como una de las medidas clave para vencer esta lucha contra las resistencias bacterianas no solo en el hospital, sino también en Atención Primaria”.
"En el caso de estos fármacos el tratamiento de cualquier infección ha de tener en cuenta las consecuencias que pueden derivar para el uso futuro"
Para analizar las acciones que ya se están realizando, tanto en España como en otros países europeos, se ha celebrado en Santander la jornada Antimicrobial Stewardship: de la teoría a la práctica, en el marco de la Cátedra Extraordinaria de Salud, Crecimiento y Sostenibilidad MSD-UIMP. El Rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, César Nombela, catedrático de Microbiología, señala que, a pesar de que el fenómeno de la resistencia de los microorganismos a los antibióticos es conocido desde hace décadas, el problema persiste y se amplía en extensión y en amplitud. “Por ello, si el uso racional del medicamento es siempre necesario, en el caso de estos fármacos el tratamiento de cualquier infección ha de tener en cuenta, no sólo el objetivode tratar eficazmente la infección en el enfermo afectado, sino las consecuencias que pueden derivar para el uso futuro de cada antibiótico”, apunta.
Si el problema de las resistencias a los antibióticos en Europa es preocupante, en España es más grave aún, pues en 2015 se dispensaron 22,24 dosis diarias de estos fármacos por cada mil habitantes en Atención Primaria, según datos del Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades, casi dos puntos más que la media de la OCDE. No es solo una cuestión de prescripción, sino también de concienciación. En Medicina de Familia es donde más se detecta que los ciudadanos no conocen los riesgos de la resistencia antibiótica: en España, un 74% de los facultativos y un 98% de los farmacéuticos han recibido peticiones de los pacientes para que les recetaran/vendieran directamente un antibiótico. Además, es el segundo país en el que los padres usan más antibióticos sin prescripción para medicar a sus hijos (29%).
OPTIMIZAR EL USO DE LOS ANTIBIÓTICOS
La importancia de la formación en la lucha contra las resistencias es clave, tanto para población general como para los médicos y demás profesionales sanitarios. A ello se dedican los Programas de Optimización de Antibióticos, también llamados Programas AMS PROA, que siguen los principios del curso: saber escoger el tratamiento apropiado, para el paciente adecuado y durante el tiempo preciso. Estos programas pretenden corregir problemas como por ejemplo “las duraciones inadecuadas de los fármacos, y a la larga, demostrar que, en muchas infecciones, tiempos más cortos de lo que habitualmente se consideraban estándares pueden ser suficientes”, explica Emilio Bouza, jefe del Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Gregorio Marañón y codirector de la jornada.
"Disponemos de datos públicos y resultados positivos que son muy alentadores, porque demuestran la eficacia de los PROA"
Uno de los aspectos que trabajan es revisar el enfoque cotidiano de los facultativos.“Estamos trabajando con arquetipos que se han ido utilizando durante muchos años”, afirma Rafael Cantón, jefe del servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid,codirector del encuentro. “Tenemos que jugar con varios factores: el microorganismo que produce la infección, el tipo de infección, el tipo de paciente y el antibiótico que lo que tiene que hacer es matar o inhibir al microorganismo que está produciendo la infección. Debemos encontrar un equilibrio entre inhibir al microorganismo agresivo y evitar un efecto de selección sobre la microbiota normal del propio paciente. Un periodo muy largo puede afectar negativamente a los microorganismos beneficiosos del paciente y un tratamiento demasiado corto puede no inhibir al patógeno infeccioso. Estamos mejorando mucho en la forma de utilizar los antibióticos, pero aún podemos mejorar mucho más, y el programa PROA es una de los caminos para alcanzar ese objetivo”, asegura.José Miguel Cisneros, director de la Unidad de Enfermedades Infecciosas, Microbiología y Medicina Preventiva del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla y presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), es el coordinador del programa AMS PROA en Andalucía (programa PIRASOA), la comunidad autónoma con el plan más desarrollado. “Disponemos de datos públicos y resultados positivos que son muy alentadores, porque demuestran la eficacia de los PROA como una de las medidas clave para vencer esta lucha contra las resistencias bacterianas no solo en el hospital, sino también en Atención Primaria”.