Según una guía de tratamiento publicada hoy en la revista científica de la Academia Estadounidense de Neurología (AAN), el ejercicio físico es un mejor remedio que los medicamentos a la hora de combatir los problemas iniciales de memoria. “ Los médicos deberían recomendar ejercicio dos veces por semana a las personas con deterioro cognitivo leve para mejorar la memoria y el pensamiento", ha afirmado la guía médica de la revistaNeurología.
Sobre este tratamiento, Ronald Petersen, director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Clínica Mayo, ha afirmado que "el ejercicio físico regular ha sido visto desde hace tiempo como benéfico para la salud del corazón y ahora podemos decir que también ayuda a mejorar la memoria para las personas con problemas cognitivos leves". Además, el autor de la guía médica también ha explicado que "lo que es bueno para su corazón puede ser bueno para su cerebro”, motivo por el cual ha realizado una apuesta segura por el ejercicio como terapia para la memoria.
Más del 6 % de personas en edades de 60 a 69 años en el mundo sufren de problemas leves del conocimiento.
En el proceso de una enfermedad mental, entre la disminución cognoscitiva que se espera con el envejecimiento normal y una disminución más grave relacionada con la demencia, existe una etapa intermedia en la que se evidencian “problemas cognitivos leves”. Es en este punto de la evolución de la enfermedad en el que el doctor Petersen ha recomendado “realizar ejercicio aeróbico como caminar rápidamente, trotar, lo que prefiera hacer, durante 150 minutos a la semana en cinco sesiones de 30 minutos o tres sesiones de 50 minutos".
La guía ha desaconsejado los cambios en la dieta o medicamentos y ha destacado que "no hay drogas para los problemas leves del conocimiento aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE.UU”. Es por eso que "el ejercicio puede reducir el ritmo con el que usted puede pasar de un impedimento cognoscitivo leve a la demencia", ha advertido el investigador.
Según la AAN, más del 6 % de personas en edades de 60 a 69 años en el mundo sufren de problemas leves del conocimiento y la proporción aumenta al 37 % en adultos mayores de 85 años. "No tenemos que mirar el envejecimiento como un proceso pasivo; podemos hacer algo sobre el curso de nuestro proceso. Así, si estoy destinado a tener problemas cognitivos a los 72 años puedo hacer ejercicio y retrasarlo hasta los 75 o los 78. Eso es un gran logro", ha concluido el doctor Petersen.