La práctica deportiva es fundamental a cualquier edad para mejorar la condición física y mental, pero especialmente para los más pequeños, ya que realizar algún tipo de deporte desde muy temprano facilita que sea parte de su rutina en la vida adulta, sin olvidar los beneficios que les aportan en su desarrollo tanto en la prevención como la disminución de padecer multitud de enfermedades ligadas con el sedentarismo.
El ejercicio físico, además de ayudar a los más pequeños a estar en buena forma física, les ayuda también a adaptarse a las rutinas, a mejorar su coordinación, resistencia y fuerza, potenciar su salud, prevenir la obesidad infantil, aumentar sus defensas y mejorar su autoestima. Pero, además, les enseña y ayuda a mejorar sus habilidades sociales, como hacer amigos, trabajar en equipo además de la adquisición de diferentes valores adquiridos a través del deporte.
Se debetener en cuenta la edad de cada niño
Sin embargo, aunque es importante practicar ejercicio físico desde muy temprana edad, se debe tener en cuenta la edad de cada niño. El cuerpo del ser humano cambia con el paso del tiempo y a medida que se desarrolla, por lo que las características físicas de los niños según su edad son diferentes al encontrarse su cuerpo en fase de crecimiento.
En este sentido, para acercar el deporte a los más pequeños, Pedro Jiménez entrenador personal de Blua de Sanitas recomienda que “se realice como un juego, siempre escogiendo actividades que resulten adecuadas a su nivel de desarrollo y a las habilidades de cada etapa de crecimiento”.
EJERCICIOS MÁS RECOMENDADOS SEGÚN LA EDAD
Una de las actividades físicas más recomendables para los bebés son los ejercicios de estimulación a través de juegos, masajes, cosquillas, movilización pasiva y activa.
A partir de los 6 meses, se recomienda que los pequeños realicen matronatación o natación para bebés. Su objetivo no es otro que familiarizar a los niños con el medio acuático y trabajar el vínculo de confianza con los padres.
“En estas clases el papel de los padres es importante porque se sumergen en el agua con los pequeños para darle seguridad y ayudarles a hacer los ejercicios que indica el monitor para aprender a mantenerse a flote, a darse la vuelta en el agua y a contener la respiración bajo el agua, estas inmersiones es muy importante hacerlas de forma progresiva y siempre bajo la supervisión de un profesional”, explica el entrenador personal de Blua de Sanitas.
“El papel de los padres es importante”
Los ejercicios de psicomotricidad son también importantes a partir de esta edad para potenciar las capacidades motoras y las habilidades sensoriales de los más pequeños. “Este tipo de ejercicios se pueden realizar en casa con la ayuda de un mini gimnasio para niños o una manta de actividades que permita al bebé moverse, dar pataditas o agarrar objetos. Estos juegos benefician su desarrollo sensorial, físico y cognitivo, además de potenciar la coordinación motora y fortalecer su tono muscular”, reconoce Pedro Jiménez.
A partir de los 2 años, las actividades físicas más recomendables son aquellas que impliquen movimiento, concentración, coordinación o flexibilidad, es decir, aquellas que permitan desarrollar sus destrezas motoras, siempre mediante juegos.
En este caso, clases de baile o de gimnasia especialmente pensados para los niños, resultan una buena alternativa. “Este tipo de actividades permiten a los pequeños controlar y concienciarse de su cuerpo; y aprender a coordinar el tren inferior con el superior a través de la marcha, gateo, saltos, etc., siempre de un modo lúdico favoreciendo así todos estos aprendizajes de una forma amena y divertida”, concluye el experto de Sanitas.