Una investigación publicada en la revista 'The BMJ' ha corroborado que el ejercicio físico posoperatorio tras una cirugía de cáncer de mama sin reconstrucción mejora la recuperación de las pacientes que la atención habitual. Según el estudio, la actividad física mejora la movilidad del hombro y del brazo, e incluso reduce el dolor que las pacientes suelen sufrir tras dicha intervención.
Cuando se realiza una mastectomía o una eliminación de ganglios afectados por el tumor, es común que los brazos y hombros pierdan movilidad y que las pacientes sufran dolor, incluso muy intenso, e hinchazón los días posteriores a la intervención. Hace años se recomendaba principalmente evitar durante las primeras semanas hacer ejercicios o movimientos con los brazos.
Sin embargo, en los últimos años diferentes estudios han reflejado que la vuelta al ejercicio físico no solo mejora el estado físico y psicológico de la mujer, sino que también ayuda a prevenir secuelas como la linfedema, que se produce cuando el líquido linfático se acumula en los tejidos blandos del cuerpo.
Los resultados reflejaron que la función de las extremidades superiores mejoró después del ejercicio en comparación con la atención habitual
El actual ensayo ha hecho una comparativa entre aquellas personas de Reino Unido que reciben la atención habitual y otros que recibieron ejercicio estructurado además de la atención habitual, principalemnte programas para evitar problemas en los hombros. El ejercicio se introdujo entre 7 y 10 días después de la cirugía, con dos citas más uno y tres meses después.
Los resultados reflejaron que la función de las extremidades superiores mejoró después del ejercicio en comparación con la atención habitual. Al año, las mujeres en el grupo con ejercicio informaron de una menor intensidad del dolor, menos síntomas de dificultad del movimiento del brazo y una mejor calidad de vida que el otro grupo. Sin embargo, no hubo diferencias en la tasa de dolor neuropático, complicaciones relacionadas con la herida, infección del sitio quirúrgico, hinchazón u otras complicaciones entre los dos grupos diferentes de mujeres.
“Encontramos pruebas sólidas de que el ejercicio temprano, estructurado y progresivo es seguro y clínicamente efectivo para las mujeres con mayor riesgo de desarrollar problemas en el hombro y las extremidades superiores después de una cirugía de mama no reconstructiva", concluyen los investigadores.