La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) explica que una reacción adversa a un medicamento es cualquier respuesta nociva y no intencionada al mismo. No sólo incluye efectos nocivos e involuntarios derivados del uso autorizado de un medicamento en dosis normales, sino también relacionados con errores en la medicación y usos al margen de los términos en los que se ha autorizado el fármaco para su comercialización.
Cuando un médico receta un medicamento no siempre el paciente se interesa por conocer los efectos adversos del fármaco en cuestión. En ocasiones incluso, se pueden producir algunos que a priori ni siquiera tienen relación directa con la patología concreta para la que está indicado como tratamiento.
“Es importante leer siempre el prospecto del medicamento para comprobar cuáles son las reacciones adversas conocidas y acudir al médico”
Recientemente la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha destacado la importancia de poner atención a estas posibles complicaciones en el consumo de fármacos. “Es importante leer siempre el prospecto del medicamento para comprobar cuáles son las reacciones adversas conocidas y acudir al médico”.
En cualquier caso, si se nota cualquier problema, aunque no venga detallado previamente en el prospecto, los expertos aconsejan notificarlo a la Aemps a través del formulario electrónico que tiene a disposición de los usuarios.
La OCU apunta también que todos los fármacos tienen el potencial de producir efectos adversos en distintas partes del cuerpo que, dependiendo de muchos factores, serán más o menos graves o frecuentes. Depende, por ejemplo, del tiempo durante el cual lo hayamos usado, la vía de administración o las interacciones con otros medicamentos y alimentos.