“Hay altos porcentajes de resistencia de antimicrobianos (RAM) de tercera generación, como los carbapenémicos, en varios países, y son preocupantes. Sugieren la diseminación en entornos sanitarios e indican que muchos de los países tienen serias limitaciones para tratar a los pacientes con infecciones como las causadas por K. pnenumoniae”. Así de categórico se muestra el segundo informe 'Vigilancia de la resistencia a los antimicrobianos en Europa', publicado conjuntamente por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y la Organización Mundial de la Salud de la Región Europea (OMS) con datos de 2021.
La RAM es una de las diez amenazas de salud pública de primera magnitud, según la OMS, la ONU y la Unión Europea. Solo en esta región se han produce al año más de 670.000 infecciones bacterianas farmacorresistentes y 33.000 muertes como consecuencia directa, según los expertos. Un estudio publicado en ‘The Lancet’ hace poco más de un año reflejó que la resistencia aumenta más rápido de lo esperado, y que estamos “más cerca” de los 10 millones de muertes anuales que se esperaban para 2050.
Dr. Lo Fo Wong: “Los patrones actuales, como el aumento de las especies de Acinetobacter resistentes a los carbapenémicos que son difíciles de erradicar una vez que son endémicas, subrayan la necesidad de mejorar aún más los esfuerzos para prevenir y detectar la resistencia”
El último informe de la Región Europea de la OMS y el ECDC corrobora esta realidad, más presente en algunos patógenos. “Los patrones actuales, como el aumento de las especies de Acinetobacter resistentes a los carbapenémicos que son difíciles de erradicar una vez que son endémicas, subrayan la necesidad de mejorar aún más los esfuerzos para prevenir y detectar la resistencia”, señala el Dr. Danilo Lo Fo Wong, Asesor Regional de la OMS para el Control de la Resistencia a los Antimicrobianos.
EL SUR Y EL ESTE MÁS AFECTADOS QUE EL NORTE
Las infecciones por E. coli, Staphylococcus aureus y K. pneumoniae son las más comunes. De E. coli, el informe señala niveles de resistencia más bajas en el norte de Europa que en el sur. El 38% de los países reportaron un porcentaje de resistencia del 25% a cefalosporina, la tercera línea de antibióticos para esta infección, y uno de los más modernos agentes, como señalaba la Dra. Sagrario Martín-Aragón, doctora en Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, en un estudio publicado en Offarm en 2011. Para carbapenémicos, el 18% de los casos de E. coli reportaron resistencia.
En el caso de la bacteria causante de la neumonía, el 42% de los países del sur y el este de Europa reportaron un porcentaje de resistencia del 50% o superior. Y son mayores las diferencias entre regiones observadas en el caso de la Pseudomonas aeruginosa resistente a los carbapenémicos. Este agente oportunista y que causa diferentes infecciones a nivel pulmonar, urinario o a válvulas cardiacas se ha observado en el 5% de los países europeos con una resistencia inferior al 5%, pero el 14% reportaron porcentajes iguales o superiores al 50%. Para el Acinetobacter spp también se observó desde una resistencia menor del 1% en el 7% de los países, mayor del 50% en el 56% de los países, “principalmente en el sur y este de Europa”.
Dominique Monnet: “A medida que continúan surgiendo bacterias resistentes a los antibióticos, se necesitan más esfuerzos para mejorar las prácticas de prevención y control de infecciones"
El uso incorrecto y excesivo de antibióticos, la falta a medidas de saneamiento e higiene en personas y animales y la deficiencia en prevención y control de patologías son algunos de los factores que aceleran la aparición y propagación de la RAM. Los países europeos han trabajado por actualizar sus planes contra la resistencia, medidas que ya están implementadas en muchos países, y otros están en proceso.
Según datos del ECDC, el número de estas infecciones aumentaron de 685.433 en 2016 a 865.767 en 2019. Y con ellas también aumentaron los fallecimientos asociados: de 30.730 muertes en 2016 a 38.710 en 2019. Con la Covid-19 los datos disminuyeron por falta de detección y las medidas preventivas para frenar la pandemia, pero en 2021 volvieron a aumentar y se espera que el mayor uso de antibióticos contra el coronavirus, de forma incorrecta, lleve a un aumento de resistencia antimicrobiana.
“A medida que continúan surgiendo bacterias resistentes a los antibióticos, se necesitan más esfuerzos para mejorar las prácticas de prevención y control de infecciones, reducir el uso innecesario de antimicrobianos, diseñar e implementar programas de administración de antimicrobianos y garantizar una capacidad microbiológica adecuada”, concluye Dominique Monnet, Jefe de Sección de ECDC para Resistencia a los antimicrobianos e infecciones asociadas a la atención de la salud.