En 2022 fallecieron por suicidio4.097 personas en España, es decir, una media de 11 personas al día, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, el suicidio es la primera causa de muerte no natural, por encima de las muertes por accidente y violencia de género, según informa la Asociación para la Prevención del Suicidio y la Atención al Superviviente (APSAS). Estos datos reflejan una realidad que acompaña a miles de personas supervivientes, familiares o allegados que han experimentado esta situación de cerca en algún momento de su vida.
“Nadie está preparado para vivir una experiencia tan traumática” es una de las reflexiones que APSAS incluye entre sus recomendaciones para acompañar al superviviente del suicidio, la persona que atraviesa un duelo “extremadamente complicado”. En este proceso, solo quienes han atravesado la situación pueden entender el impacto emocional que supone. Sin embargo, el papel de acompañar a esos familiares y allegados puede ser una experiencia fructífera dentro de este proceso de duelo.
Las competencias en escucha activa e inteligencia emocional son esenciales para acompañar al superviviente al suicidio
En la lucha por mejorar la sensibilidad pública sobre el suicidio y prestar apoyo a las personas allegadas que atraviesan este proceso, un grupo de supervivientes forma APSAS. El presidente de la Asociación, Darío Nogués, recuerda la importancia de “desarrollar competencias en escucha activa y en inteligencia emocional”. Gracias a estas capacidades es posible acercarse a una actitud de comprensión de la situación del superviviente. “A veces es suficiente con una actitud de presencia y entrega”, señala Nogués en declaraciones a este medio.
En esta línea, el presidente de APSAS sostiene la necesidad de alejarse de los mitos sobre el suicidio y omitir las frases complacientes. “Las frases que hacen referencia a mitos sobre el suicidio no ayudan” y se convierten “en frases que pueden generar más sufrimiento y sensación de soledad, de incomprensión y aislamiento”. Para evitar estas situaciones, asociaciones como APSAS recurren a estrategias como los grupos de ayuda mutua y la terapia individual.
“Queremos un espacio de seguridad donde la persona pueda expresarse”
“La metodología de ayuda mutua se basa en grupos en primera persona, supervivientes al suicidio, mediante participación activa”, explica Nogués. Estos grupos facilitan las relaciones horizontales y establecen un clima de comprensión y respeto, basados en la escucha activa. “Queremos un espacio de seguridad donde la persona pueda expresarse”, matiza el presidente de la asociación. Estas herramientas “no son terapéuticas, pero sí intervienen como agentes terapéuticos”, reconoce.
Sin embargo, el servicio de terapia de duelo es fundamental para “tratar de una manera más íntima todos aquellos temas que requieren atención”, afirma Nogués. Rabia, culpa, ansiedad, son muchos los sentimientos que pueden experimentar aquellas personas que están en una fase de duelo por la pérdida de un ser querido de una forma traumática como es el suicidio.
“Ayudar es una tarea fundamental para que se construyan las propias respuestas que pueden haber llevado a la persona a morir por suicidio”
“Ayudamos a que se construya un sentido a lo que se ha pasado”, declara. Nogués insiste en que “el suicidio de un allegado es un hecho que deja muchas preguntas sin respuesta”. Por esto, el presidente de la asociación reconoce que “ayudar es una tarea fundamental para que se construyan las propias respuestas que pueden haber llevado a la persona a morir por suicidio”.
Mientras la ayuda de las asociaciones constituye uno de los ejes fundamentales para desarrollar estas estrategias, Nogués afirma que, la labor de los diferentes agentes implicados, es esencial para evitar las complicaciones en el duelo. “Aunque las personas que necesitan atención medicalizada son una minoría, es importante la intervención de un psiquiatra para evitar que el duelo se convierta en patología”, subraya.
“Se tienen que construir unas buenas redes de trabajo para poder acompañar a la persona en su proceso de duelo”, considera Nogués. En este sentido, en palabras del presidente de la asociación, la intervención de todos los agentes como sanidad, servicios sociales y entidades de carácter social pueden ayudar a “una mejor salud mental de los pacientes”. Por esto, Nogués sentencia: “Lo que deseamos es que se construya una red de apoyo”.