En España entre el 10 y el 15% de los embarazos resultan en un aborto espontáneo. La mayoría de los abortos se producen antes de la octava semana y más del 80% ocurren las primeras 13 semanas de gestación. A partir del segundo trimestre, uno de cada 50 embarazos termina con la muerte intrauterina. Asimismo, 4 de cada mil nacidos mueren durante el parte o a los pocos días de nacer.
En este contexto, aparece la muerte gestacional. Es aquella que se vive cuando se interrumpe la gestación y el bebé fallece. Sin embargo, conocemos muy poco lo que realmente significa emocional y psicológicamente para las madres y los padres que lo experimentan. Tal y como cuenta Rosa Ana Bonora, psicóloga de Nubesma, “este tipo de duelos no se puede medir por semanas. Al final que una mamá o un papá esté en un duelo viene derivado del significado que ellos le den al bebé. Puede haber una mujer embarazada de 15 semanas que no sienta la pérdida porque no tiene ilusión por el embarazo, o una mujer que está en la semana 5 de embarazo, ha proyectado todo ese amor hacia ese bebé y tenga que pasar por el duelo”.
Se trata, por tanto, de un proceso de aceptación y adaptación a la pérdida de un embarazo. Este tipo de duelo es una respuesta normal y saludable a una situación dolorosa y puede ser una experiencia muy difícil y desgarradora. Este proceso puede ser diferente para cada persona y puede durar desde unos pocos días hasta varios meses o incluso años. Algunas personas pueden experimentar una amplia gama de emociones, como tristeza, enfado, culpa y shock, mientras que otras pueden sentirse apáticas y desconectadas.
"Es un duelo que está desautorizado porque no tienes derecho a hablarlo"
Sin embargo, la psicóloga destaca que “este tipo de duelos es muy invisible a nivel social. Al pasar por un duelo, tu necesitas el apoyo social porque somos seres sociales y necesitamos que alguien valide nuestras emociones, y en este caso no suele suceder porque la persona que han perdido no la han conocido, y esto hace que mucha gente minimice todas estas emociones que son propias del duelo”.
Por su parte, Aroa Vello, matrona de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), apunta que “es un duelo que está desautorizado porque no tienes derecho a hablarlo. No existe un luto oficial y no hay un ritual que te haga ver que esto ha ocurrido. Muchas veces hablar con otras personas que han pasado por esto les viene bien”.
En este contexto, ambas profesionales aseguran que es especialmente importante buscar apoyo y comprensión durante este tiempo difícil, ya que el duelo gestacional puede ser aislante y puede sentirse como si nadie más entiendese lo que está pasando. Los grupos de apoyo y terapia pueden proporcionar un espacio seguro y comprensivo para compartir sentimientos y obtener apoyo emocional. Si bien el duelo gestacional puede ser una experiencia muy difícil, con el tiempo y el apoyo adecuado, la mayoría de las personas son capaces de avanzar y encontrar la manera de seguir adelante.
“Para poder enfrentarse a esto, las asociaciones de apoyo cumplen un papel fundamental en este proceso y que favorecen a que los duelos sean normales. Normalmente los afectados suelen encontrar un grupo de apoyo que, por ejemplo, no se encuentra en la sociedad. También aportan herramientas que les sirve para hablar de sus hijos fallecidos, sus emociones, de sus sentimientos y así conseguir exteriorizar todo lo que les está pasando”, explica Rosa.
"Este tipo de duelos no se puede medir por semanas. Al final que una mamá o un papá esté en un duelo viene derivado del significado que ellos le den al bebé"
Maribel, es un gran ejemplo de esto. En menos de tres años sufrió tres abortos cuando sus hijos tenían menos de 12 semanas. Ella creía que no debía de pasar ningún duelo, y su mente solo conocía una realidad: ser madre. Sin embargo, cuando tuvo el tercer aborto ella confiesa que “no podía más”. “De golpe pasé los tres duelos a la vez. Yo tiré todo lo que tenía guardado de los bebés y me di cuenta de que lo mejor que podía hacer era guardarlo y hablar de ellos como hijos míos que son”.
Los casos de Virginia y Carmen Osorio ya los conocimos hace un par de semanas en ConSalud.es. Ambas perdieron a su hijo en el último trimestre. Sin embargo, coinciden con Maribel, y saben que una de las mejores cosas que las ha ayudado a superar esto fue hablar de ello. Virginia, al margen de las secuelas y de que sigue trabajando en terapia, también le dejó la necesidad de convertir algo tan traumático en una especia de misión para arrojar luz a un duelo que es “muy oscuro”. Por eso, decidió compartir en sus redes sociales su experiencia para no solo conseguir que tanto el duelo gestacional como el perinatal se normalice en la sociedad, también para ayudar a otras familias que pasen por lo mismo que ella.
Carmen, 5 años después de la pérdida de su hija, considera que ya tiene el duelo sanado. A día de hoy sigue contando todo lo que vivió durante los meses mas duros se vida en un blog personal y al igual que Virginia también le da voz en sus redes sociales. “Mi hija falleció en la semana 29 de gestación. Aquello me sumió en la más absoluta tristeza, pero de aquello pudo salir algo positivo: una ola de cariño en redes al visibilizar esta realidad”.