En los últimos años, los datos han demostrado que el consumo de alcohol y drogas entre los más jóvenes han ido en aumento. Es más, según la Encuesta sobre Alcohol y Otras Drogas (EDADES), el consumo de este tipo de bebidas decrece a medida que aumenta la edad, estando así más extendido entre los más jóvenes de 15 a 24 años, donde su prevalencia de consumo en el último año supera el 40% en los hombres de este tramo de edad.
Si profundizamos más en los datos, de todas las sustancias psicoadictivas que existen, el alcohol, con amplia diferencia, es la droga con mayor prevalencia de consumo entre los estudiantes residentes en España de 14 a 18 años. En este sentido, el 73,9% menciona haber ingerido bebidas alcohólicas en alguna ocasión en su vida, resultando que la gran mayoría de estos casos ha tomado alcohol en el último año.
En cuanto a las drogas ilegales, el cannabis es la que tiene una mayor prevalencia de consumo entre los estudiantes de 14 a 18 años, siendo un 28,6% la prevalencia de consumo alguna vez en la vida. Desde una perspectiva histórica, este dato rompe la tendencia ascendente iniciada en 2016.
Los datos han demostrado que el consumo de alcohol y otras drogas entre los más jóvenes han ido en aumento
Estamos hablando de un tramo de edad en el que los jóvenes pasan la mayor parte de su tiempo “enganchados” a los teléfonos móviles. Concretamente, a las Redes Sociales (RRSS). Es más, muchas personas no sienten temor al compartir cómo consumen ciertas drogas, como por ejemplo, el alcohol. Podríamos decir que se ha normalizado salir una tarde con los amigos y postear una foto en el que se está tomando una cerveza o un cubata.
En los tiempos actuales, no cabe duda del impacto que tienen las RRSS en el adolescente. Pero se ha observado que su permanente uso puede influir sobre patrones en el consumo de alcohol y otras drogas, a través de mecanismos de persuasión e imitación, lo cual se ha convertido, según recientes estudios, en un factor de riesgo. Por tanto, esto no es una forma de visibilizar una adicción.
Es por eso que la presencia de visibilizar estas adicciones son inexistentes en las principales RRSS. Encontramos pequeñas cuentas con pocos seguidores que intentan reflexionar sobre estas drogadicciones, pero no testimonios de primeras personas que cuenten su experiencia, que es normalmente lo que más se ve en RRSS.
Esto se puede deber, en parte, a que las drogadicciones siempre han sido muy difíciles de admitir. Por ejemplo, el alcoholismo siempre se ha denominado como “la enfermedad de la vergüenza”. En otras ocasiones, también ocurre porque la propia persona no es capaz de admitir que tiene un problema de adicción.
El alcoholismo siempre se ha denominado como “la enfermedad de la vergüenza”
No obstante, las instituciones y las organizaciones públicas saben que esta cuestión va en aumento. Por eso, las RRSS se llenan de proyectos para concienciar y prevenir a los más jóvenes. Por ejemplo, una de las más recientes es la campaña de inicio temprano de consumo de alcohol en menores, publicada el pasado verano por la Asociación DUAL, financiada por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, alertando sobre el verano como un momento crítico para que los menores se inicien o reincidan en el alcohol en contextos como fiestas populares o verbenas.
Ese mismo año, también se podía ver en Instagram el lema “No te pierdas nada. Reduce el consumo de alcohol” financiado por el Ministerio de Sanidad. Junto a la frase, detallaban que “el consumo de alcohol está asociado al desarrollo de más de 200 problemas de salud, incluidos varios tipos de cáncer y lesiones, así como a muerte prematura”.
No olvidar también la frase “Las adicciones solo cierran puertas, pero tú tienes la llave para recuperar tu vida”, promovida también por la Fundación Cauces y el Ministerio de Sanidad que se publicó el año pasado. Por último, la más reciente y cercana a las RRSS fue la campaña “#SinFiltros”, dedicada concretamente a los más jóvenes promoviendo “un ocio libre, disfrutón y seguro”.
Podemos ver que estas campañas se han difundido a través de materiales y creatividades y por ahora parece ser la única forma o la más utilizada para conseguir que las drogadicciones de este tipo dejen de ser tabú en RRSS. Pero, antes, debe de dejar de serlo en la vida cotidiana de estas personas.