Dra. Giner (Semergen): “El sueño es clave en la aparición y severidad del síndrome postvacacional”

ConSalud.es analiza la incidencia de este síndrome en la población con la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria

Sara Giner Ruiz, miembro del GT Salud Mental Semergen habla de la importancia del sueño en el síndrome postvacacional (Montaje Consalud)
Sara Giner Ruiz, miembro del GT Salud Mental Semergen habla de la importancia del sueño en el síndrome postvacacional (Montaje Consalud)
Diego Domingo
2 septiembre 2024 | 11:00 h
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El mes de septiembre es para una gran mayoría de personas el mes de la vuelta: vuelta al trabajo, vuelta a los estudios, vuelta a las rutinas… Y este cambio puede traer consigo cansancio, falta de concentración o somnolencia en las personas, en lo que se conoce como “síndrome postvacacional”. Según datos facilitados por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), este síndrome suele afectar al 5-8% de los niños y al 15% de los adultos, personas jóvenes, menores de 40-45 años, que experimentan una ruptura brusca del ritmo vacacional incorporándose al trabajo sin transición alguna. 

En declaraciones a ConSalud.es, Sara Giner Ruiz, miembro del GT Salud Mental Semergen afirma que “la incidencia del síndrome postvacacional se ha elevado en aquel perfil de paciente que idealiza el periodo vacacional como su máximo bienestar. También son propensos los que presentan de forma habitual malestar o disconfort con su trabajo afectados por el síndrome de burn out”.

El síndrome postvacacional, apunta la experta, “es un concepto en auge en el ámbito de la salud mental en el último siglo pese a no ser considerado una patología en las clasificaciones internacionales, lo que causa controversia entre diversos autores puesto que hay algunos que entienden el concepto de enfermedad como cualquier alteración del bienestar de un individuo”.

“La incidencia del síndrome postvacacional se ha visto más elevada en aquel perfil de paciente que idealiza el periodo vacacional como su máximo bienestar”

La Dra. Giner apunta que “para la mayoría de los autores se trata de un proceso adaptativo fisiológico cuando se pasa de una vida tranquila y de desconexión a la vida activa laboral. No obstante, cuando dicho proceso fracasa, se desencadena un malestar tanto físico (debilidad generalizada, astenia, taquicardia, dolores musculares, molestias en el estómago) como psíquico (insomnio, disminución de la concentración, hastío, angustia vital, cuadro depresivo..) que limita la tolerancia al trabajo y la vida rutinaria diaria”. 

Según los expertos, para corregir las alteraciones de carácter físico, al paciente se le aconseja regular los horarios y el reloj biológico los días previos a iniciar el trabajo. “En general, síntomas como la ansiedad o el estrés se combaten a través de una buena actitud, consistente en comprender el origen transitorio de este malestar y restarle importancia”:

“Se tiende a recomendar no incorporarse en lunes con el objetivo de que la semana sea más corta y el tránsito de inactividad a actividad laboral sea más gradual”

La experta recuerda que es importante reestablecer los horarios de nuestro organismo que hemos desajustado durante las vacaciones, recuperar el biorritmo mediante ejercicio físico, acostarse a la misma hora los días previos a iniciar la vuelta a la rutina, comer regularmente e ir introduciendo el resto de hábitos rutinarios.

“Actualmente, se tiende a recomendar no incorporarse en lunes con el objetivo de que la semana sea más corta y el tránsito de inactividad a actividad laboral sea más gradual”, indica la facultativa. “Una vez incorporados al trabajo, es cuestión de ir regulando la intensidad de actividad. Regular los niveles de alcohol y cafeína también ayuda a disminuir los niveles de estrés así como retornar de las vacaciones con más de 24 horas de antelación para una mejor organización de la pronta incorporación al trabajo”, añade.

Además la Dra. Giner propone hacer de la necesidad virtud: “Se recomienda aprovechar la sensación de bienestar de las vacaciones para proponerse nuevas metas y objetivos, ya no solo en el ámbito laboral sino también a nivel personal de tal manera que si nos sentimos realizados, nos sentimos mejor”. 

LA IMPORTANCIA DE UN DESCANSO ADECUADO

El sueño juega un papel fundamental en el síndrome postvacacional a nivel fisiológico, ya que su alteración es uno de los factores clave que contribuyen a la aparición de este síndrome. “Durante las vacaciones, las personas suelen cambiar sus hábitos de sueño, lo que puede provocar un desajuste en el ritmo circadiano afectando a la secreción de hormonas implicadas en este ciclo como la melatonina y el cortisol, este último influyendo en los niveles de estrés al despertar”, explica la Dra. Giner.

La falta de sueño o en su defecto, sueño de mala calidad conlleva una sensación de fatiga que disminuye la capacidad de concentración y rendimiento en el trabajo acompañado de somnolencia diurna. “Un sueño inadecuado puede afectar negativamente el estado de ánimo, alterando la reducción de neurotransmisores como la serotonina produciendo irritabilidad, tristeza o depresión. El sueño desempeña un rol clave en la aparición y severidad del síndrome postvacacional, ya que un descanso adecuado es fundamental para restablecer el equilibrio fisiológico”, concluye. 

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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