La apnea del sueño (AOS) es una enfermedad prevalente que afecta en España en torno a un 7% de las mujeres y un 14% de los hombres. Los pacientes con este trastorno pueden sufrir durante la jornada diurna somnolencia, falta de concentración, o incluso pérdida de memoria. Esta enfermedad consiste en una parada total o parcial del aire que habitualmente entra y sale de nuestros pulmones durante la noche, lo que se denominan paradas respiratorias.
En declaraciones a ConSalud.es, la Dra. Ana Fortuna, coordinadora de la Unidad de Sueño del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) afirma que “se trata de una enfermedad muy infradiagnosticada por tres motivos: el paciente no conoce los síntomas, no le dan importancia, y porque muchos no tienen estos síntomas”.
Esta enfermedad afecta de forma distinta a hombres y a mujeres. La Dra. Fortuna explica: “Los hombres suelen dormir más profundamente que la mujer. Por lo que, el hombre que tenga estas apneas de forma muy importante, no le van a provocar un despertar nocturno y no va a detectar que tiene esta enfermedad. Además es posible que al día siguiente, aunque sienta que está cansado, lo puede achacar al ritmo de trabajo habitual”, lo que impide su diagnóstico al no acudir al médico.
“La apnea del sueño está infradiagnosticada porque la gente no conoce los síntomas”
Cuando la pareja es una mujer, explica la doctora: “Por los estados hormonales las mujeres tienen más dificultad para mantener un sueño continuado. Por lo que se suele despertar más, tiene más insomnio, sobre todo en la época de la premenopausia. Por eso, va a poder alertarle para que él acuda al médico”. Pero este diagnóstico puede tardar años en llegar y muchos casos, apunta, se detectan “a partir de los 60 años cuando el paciente ya tiene un evento cardiovascular”.
La diferencia con la mujer es que, al dormir peor va a tener más dificultad para que detecten en ella estas apneas, “por lo que llegan mucho más tarde a nuestras consultas”, alerta la Dra. Fortuna. “Las mujeres suelen tener muchos más síntomas de los que hemos hablado: cansancio, fatiga, falta de memoria, concentración, somnolencia… Habitualmente tienen más sintomatología y muchas veces cuando van al médico con estos problemas, el facultativo tampoco sospecha una apnea del sueño, pudiendo diagnosticar depresión o fatiga crónica y las va a tratar con antidepresivos, ansiolíticos o analgésicos”, explica. “Las mujeres llegan finalmente a nuestras consultas hasta diez años más tarde de lo que lo hacen los hombres”, añade.
Por estos motivos, la experta apunta que es muy importante aumentar la difusión de esta enfermedad a nivel poblacional, pero también en el ámbito asistencial médico. “Es muy importante que la población conozca los síntomas que se generan con la apnea del sueño”, para que pueda acudir a un facultativo ante una sospecha.
“Siempre que una patología está infradiagnosticada es porque los médicos no pensamos en ella”
La apnea del sueño es más frecuente en hombres entre los 20 y los 60 años y en la mujer suele darse más comúnmente en la época perimenopáusica, entre los 40 y los 60 años. “En esa franja de edad solemos encontrar porcentajes muy altos”, indica la Dra. Fortuna. Desde SEPAR recuerdan que menos del 10% de las personas con apnea de sueño están diagnosticadas y reciben tratamiento.
“Para el diagnóstico de esta enfermedad la prueba que se realiza es una polisomnografía, en la cual mediante canales y sensores neurofisiológicos, neurológicos y respiratorios vamos a identificar pausas respiratorias o bajada de oxígeno, así como la calidad del sueño, las fases del sueño y los micro despertares”, explica la doctora. Esta prueba se debe realizar en unidades del sueño, lo que obliga a los pacientes a ir a dormir a estas instalaciones. Por ello, y ante la alta demanda de pacientes, “se han desarrollado otras pruebas simplificadas con las cuales el paciente no tienen que venir a dormir a esta unidad, sino que se les entrega un dispositivo simplificado que con varios sensores, con los que podemos identificar la apnea del sueño en pacientes que no tengan otras enfermedades complejas como cardiopatías, neuropatías, demencia, etc”.
La experta apunta que “siempre que una patología está infradiagnosticada es porque los médicos no pensamos en ella. Cuando aumenta la conciencia de los facultativos sobre una enfermedad, generalmente aumenta su diagnóstico”. Por eso destaca que es muy importante que aumente la formación de los médicos en el primer nivel asistencial sobre todo, ya que Atención Primaria es el primer nivel al que va a acudir el paciente, pero también entre otros especialistas como los cardiólogos o los neurólogos, que van a recibir pacientes con eventos secundarios a las apneas. “El primer nivel asistencial es muy importante para poder hacer una prevención primaria, para identificar pacientes que aún no han tenido un evento cardiovascular o cerebrovascular, diagnosticando la apnea del sueño y poniéndole tratamiento y evitar peores consecuencias”, concluye.