La ansiedad afecta a millones de personas en todo el mundo. La medicina tiende a verla como un problema vinculado a la química cerebral y a la psicología, pero muchos otros profesionales de la salud mental explican que sus orígenes pueden estar enraizados en el cuerpo.
En su trabajo clínico, la Dra. Ellen Vora, psiquiatra graduada en la Universidad de Yale y con su especialidad realizada en la Universidad de Culumbia, ha descubierto que las incomodidades emocionales y físicas que experimentamos (el insomnio, la confusión mental, el dolor de estómago o el nerviosismo) son las respuestas del cuerpo al estrés y pueden desencadenarse por experiencias desafiantes, así como por favores aparentemente inocuos como la dieta, un exceso de cafeína y la deshidratación, un desequilibrio de glucosa o el uso excesivo de la tecnología.
Para tratar esta ansiedad relacionada con el cuerpo o "falsa ansiedad’", la Dra. Vora acaba de escribir su libro “La anatomía de la ansiedad”, el primer libro que explica completamente los orígenes de esta afección y ofrece un mapa de ruta detallado para superarla y reorientarnos hacia un mayor equilibrio mental y físico. Para profundizar más sobre sus conocimientos, Consalud.es ha entrevistado a la estadounidense con la intención de “comprender y superar la respuesta de nuestro cuerpo al miedo”.
Dra. Vora, caba de publicar su libro “La anatomía de la ansiedad”, ¿Qué pueden los lectores encontrarse en él?
Principalmente me gustaría que los lectores entendieran de una nueva forma la salud mental, sabiendo qué es lo que más les puedes ayudar y empoderar. En particular, quiero que la gente reconozca que la salud mental no es sencillamente el resultado de un equilibrio genético o químico, sino que también se ve influida por nuestro estilo de vida, nuestra dieta, nuestros hábitos relacionados con el sueño, nuestra salud intestinal o digestiva, etc. Entender qué factores pueden influir en la salud mental nos puede ayudar a saber que hay muchas cosas que podemos hacer cuando nos sentimos atrapados.
Creo que la gente puede obtener una serie de estrategias muy simples para reducir la ansiedad física, la "falsa ansiedad": mantener estables los niveles de azúcar, mejorar el sueño o, entre otros, reducir la inflamación. Sin embargo, la verdadera ansiedad no es algo que debamos suprimir o patologizar, sino que es algo que deberíamos escuchar, para así poder pasar a la acción.
Se calcula que una de cada nueve personas padece un trastorno de salud mental. El más común es la ansiedad. ¿A qué se puede deber esto?
Yo creo que es una combinación de muchos factores. Lo que desde luego no es el motivo, es lo que nos han enseñado hasta ahora. Nos enseñan que nuestra ansiedad es el resultado de un desequilibrio genético, o un desequilibrio químico, mejor dicho; y entonces hemos creído que es nuestro destino, que venimos predestinados por genética, pero nuestros niveles de estrés se han disparado últimamente en los últimos tiempos, pero los genes no cambian tan rápidamente. Por lo tanto, la genética no puede ser la única explicación de que tengamos o sintamos tanta ansiedad. Y yo creo que esto es una buena noticia porque nos ayuda a entender que hay factores ambientales que están impactando en nuestros niveles de ansiedad. Eso significa que podemos hacer algo, que hay algo que podemos hacer para cambiarlo.
"Hay mucha verdadera ansiedad en la vida moderna, provocada por cosas como el cambio climático, o sentirnos desconectados con la comunidad, con la vida social"
Entonces, a día de hoy tenemos tanta ansiedad, en mi opinión, por una combinación de muchas fuentes diferentes de "falsa ansiedad". Es una ansiedad evitable, es una ansiedad física que tenemos en nuestro cuerpo y está relacionada con determinados elementos de nuestra vida moderna que hace que nuestro cuerpo lance un determinado mensaje a nuestro cerebro que lo interpreta como ansiedad. Y hay muchas cosas como estas en nuestra vida moderna que hacen que el cerebro interprete esas señales como ansiedad, pero creo que identificándolas podemos combatir esas fuentes de "falsa ansiedad".
Sin embargo, también hay mucha verdadera ansiedad en la vida moderna, provocada por cosas como el cambio climático, o sentirnos desconectados con la comunidad, con la vida social… Ahora mismo, lo cierto es que estamos en un momento en el que cuestiones como esa promueven esa verdadera ansiedad, pero si conseguimos bajar el ritmo, escuchar a esa ansiedad, seríamos capaces de convertirla en acción. Y no tenemos por qué sentirnos atrapados en esa sensación de ansiedad, sino que podemos revertirla.
En el libro expone casos por los que sus pacientes acudían a su consulta, ¿Cómo le ha ayudado conocer a todas estas historias para saber más sobre la ansiedad?
Mis pacientes han sido los que más me han enseñado, han sido mis mejores profesores y todo lo que sé ha sido a través de ese trabajo con mis pacientes durante muchos años. En ocasiones me han abierto los ojos por algo que apoyaba una teoría que yo tenía, pero muchas veces también es una cura de humildad y me recuerdan que no tengo que ser demasiado dogmática con ninguna visión u opinión en particular.
Si yo pienso que la inflamación contribuye a la depresión de todo el mundo, pues llega un paciente que tiene depresión, pero no tiene ningún tipo de inflamación y entonces el origen para esa persona es algo totalmente diferente. Entonces los pacientes me mantienen con los pies en la tierra y siempre alerta buscando nuevas formas de entender la salud mental.
En el texto también utiliza los términos “verdadera ansiedad” y “falsa ansiedad”, ¿Por qué hace esta diferenciación de la ansiedad? ¿A qué se refiere cada uno?
Durante mis años de praxis he observado que este sistema de clasificación es mucho más útil cuando alguien intenta mejorar si tiene ansiedad. Es muy diferente a lo que a mí se me enseñó. He aprendido que hay una distinción muy importante y es esa ansiedad falsa que sería evitable, que sería física, que tiene su origen en el cuerpo y la verdadera ansiedad, que tiene un propósito, que no es algo que debemos patologizar, no es algo que debamos a suprimir, y no es que hay algo que no esté funcionando bien.
"La "verdadera ansiedad" es algo que está funcionando bien, que nos está intentando hacer que conectemos con algo que está pasando fuera de nuestro cuerpo"
En muchos casos, la "verdadera ansiedad" es algo que está funcionando bien, que nos está intentando hacer que conectemos con algo que está pasando fuera de nuestro cuerpo. Yo siempre que me enfrento a la ansiedad de algún paciente utilizo un inventario de "falsa ansiedad" y abordo la falsa ansiedad primero. ¿De qué manera hay un desequilibrio en nuestro cuerpo? ¿En qué manera está desequilibrada nuestra vida moderna? Cosas que generen estrés o ansiedad como una mala gestión de los niveles de azúcar en sangre, desequilibrios hormonales, intolerancia al gluten, la resaca, la sensibilidad a la cafeína… Entonces trabajamos con esa lista y buscamos qué es lo que está causando esos problemas en la fisiología del paciente. Y cuando identificamos esas cuestiones, las abordamos, conseguimos una mayor estabilidad en el paciente, hemos eliminado gran parte de ese sufrimiento innecesario, y esto genera espacio.
Por último, en una parte del libro también habla de que los medicamentos psiquiátricos no pueden abordar el origen de la "falsa ansiedad", ¿a qué se debe esto? ¿Qué papel juega la ansiedad con este tipo de medicamentos?
La conversación en torno a la medicación psiquiátrica es muy importante y es un tema muy delicado. Para mí es muy importante trasladar que, ofreciendo alternativas a la medicación tradicional, yo no estoy sugiriendo que la medicación psiquiátrica esté mal. Yo, al fin y al cabo, soy psiquiatra y prescribo medicamentos psiquiátricos, pero no creo que, y no pienso que haya ningún tipo de estigma o que no funcione, simplemente yo busco lo que funcione mejor para el paciente. Si los medicamentos funcionan, pues es una victoria para mi paciente.
Sin embargo, mi preocupación, y es algo que vemos con los datos, es que la gente que tiene depresión leve o moderada, la medicación solamente funciona para un 15% de los pacientes. El 90% de los pacientes que están sometidos a medicación nunca alcanzan una recesión o remisión de la enfermedad al 100%. La ansiedad siempre es un pensamiento, digamos posterior, pero está muy relacionado con la respuesta a esta medicación. Entonces yo siempre trato de pensar que bueno, que la gente a la que le viene bien no me necesitan realmente a mí, porque el sistema actual les funciona. Sin embargo, hay millones de personas para las cuales ese sistema no les aporta lo que necesitan o no de forma suficiente. Y no quiero que esa gente se siente desesperada.
Si la medicación psiquiátrica no funciona, es algo completamente comprensible porque no toda la depresión viene promovida o causada por un desequilibrio de determinados agentes químicos del cerebro. Para algunas personas, la ansiedad puede estar relacionada con un desequilibrio hormonal, privación del sueño, etcétera. Si solamente nos centramos en la medicación, estamos pasando por alto la verdadera causa raíz. Si abordamos la raíz de la ansiedad de una persona, van a dejar de necesitar medicación, van a poder sentirse bien y salir de ese diagnóstico.