Desde que un nuevo tratamiento contra el cáncer se desarrolla y se aprueba por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) hasta que se comienza a recomendar por parte de los profesionales tiene que pasar por numerosos exámenes. Se trata de un proceso meticuloso que va más allá de la mera prescripción. Todo ello conlleva, con frecuencia, una demora en el acceso al tratamiento en ocasiones cercano a los dos años.
Más allá de estos retrasos, que suponen una auténtica traba para pacientes y profesionales, estos últimos tienen un importante trabajo: decidir cuál es el mejor tratamiento para cada paciente.
Sobre esta cuestión y el papel del paciente en la prescripción, ha respondido para Consalud.es el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el Dr. César A. Rodríguez.
¿Cuáles son los factores que influyen en la decisión de qué tratamiento se ofrece a un paciente en particular?
Es muy variable. Siguen siendo de mucha importancia los factores clínico-patológicos convencionales (tipo de tumor, estadio, localización de la enfermedad en caso de diseminación metastásica, etc.), pero en la actualidad es de gran relevancia el conocimiento de las características biológicas del tumor y la presencia de biomarcadores que permiten seleccionar terapias dirigidas frente a dianas específicas.
No obstante, otros factores como las preferencias de cada paciente, la presencia de otras comorbilidades o la edad, pueden ser muy relevantes a la hora de tomar las decisiones. Cada vez es más importante la participación de los propios pacientes en la decisión del tratamiento que va a recibir.
¿Cómo pueden los pacientes y sus familias abogar por obtener acceso a tratamientos específicos si creen que podrían ser beneficiosos para su situación?
"Es imprescindible reforzar la relación médico-paciente y que este último pregunte abiertamente a su oncólogo sus dudas"
A parte de las distintas sociedades científicas, muchas asociaciones de pacientes cuentan con planes estratégicos para garantizar la igualdad de oportunidades y recursos. Es imprescindible reforzar la relación médico-paciente y que este último pregunte abiertamente a su oncólogo sus dudas respecto a su tratamiento y posibles alternativas terapéuticas, o, incluso, si el paciente lo estima oportuno, solicitar una segunda opinión en otro centro. La participación de los pacientes, en los procesos de aprobación o en los diseños de los ensayos clínicos será probablemente una realidad en el futuro inmediato y debemos promover una cultura de pacientes bien formados y preparados para participar en la toma de decisiones.
¿Cuáles son los desafíos éticos y logísticos que enfrentan los profesionales de la salud al decidir qué tratamientos ofrecer a los pacientes?
Es necesario garantizar la equidad en todo lo relativo al acceso de los pacientes a los procedimientos diagnósticos y terapéuticos. En este sentido, puede ser relevante el trabajo en red, por ejemplo, en lo relativo a la realización de un diagnóstico molecular, implementación de comités moleculares con participación de centros de referencia y centros satélites que permitan que la oportunidad de acceso de los pacientes a los nuevos tratamientos se haga en condiciones de igualdad.
"El reto, sin embargo, es establecer un buen sistema de recogida de datos de eficacia y seguridad en vida real"
El fármaco es aprobado por distintas agencias reguladoras tras evaluar los resultados de eficacia y seguridad en los distintos ensayos clínicos disponibles, conociéndose el perfil de efectos secundarios más frecuentes. No obstante, una vez que el fármaco está aprobado y comercializado, existe un tipo de ensayo clínico concreto en el que se estudian los efectos secundarios de un tratamiento infrecuentes o a largo plazo. Además, en nuestro país, existe un sistema de farmacovigilancia que facilita la recogida de información sobre los efectos adversos que pueden ocasionar los medicamentos. El reto, sin embargo, es establecer un buen sistema de recogida de datos de eficacia y seguridad en vida real. Es una asignatura pendiente en nuestro sistema y se deben promover iniciativas que permitan conocer los resultados de una innovación terapéutica en condiciones de práctica clínica real.
¿Qué se está haciendo para mejorar la equidad en el acceso a tratamientos contra el cáncer y garantizar que más pacientes tengan opciones de tratamiento?
En base a los resultados del último informe SEOM del año 2019 sobre el acceso a fármacos y biomarcadores en Oncología, desde nuestra sociedad se llegó a la conclusión de establecer un procedimiento estandarizado y un marco regulatorio para la implementación y financiación de biomarcadores y nuevos tratamientos. La última actualización de la Estrategia en Cáncer del SNS tiene prioridades como la atención multidisciplinaria, la apuesta por los centros de referencia (tanto a nivel local, nacional o europeo) que concentren experiencia suficiente y que contribuyan a un acceso por igual a una asistencia de calidad, además de priorizar flujos rápidos de diagnóstico oncológico y molecular, disminuyendo el tiempo de espera hasta el inicio del tratamiento.
La investigación es imprescindible para lograr aumentar la supervivencia de los pacientes con cáncer. “Gracias a ella, en los últimos años hemos conseguido cambiar la historia natural de ciertos tumores con el desarrollo de la medicina de precisión y la inmunoterapia” asegura el Dr. César A. Rodríguez. Sin embargo, a pesar de estos grandes avances, aún no es extrapolable al global de pacientes oncológicos, es por ello, que "se debe seguir potenciando la investigación para seguir afianzando esta medicina de precisión “ampliando nuestro conocimiento de la biología tumoral y desarrollando ensayos clínicos con nuevos fármacos que se traduzcan, en última instancia, en un mayor beneficio de nuestros pacientes”, concluye el presidente de SEOM.