Los primeros casos de virus Nipah se notificaron en Malasia en 1998, inicialmente por el contagio con cerdos infectados. Desde un primer momento, los expertos confirmaron que se trataba de una infección zoonótica. Los murciélagos actúan como reservorios y el consumo de alimentos contaminados funciona como fuente de contagio.
Esta enfermedad sigue presente en algunos países como la India, donde el pasado 15 de septiembre se confirmaron dos muertes por el virus. Estos dos casos no han sido los únicos. En los últimos años, la India ha confirmado cuatro brotes de infección por Nipah, provocando el cierre de escuelas y oficinas, y exigiendo un férreo control de la enfermedad.
Octavio Arce, miembro de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) y experto en virus emergentes y de altos riesgo por la Universidad Autónoma de Madrid, ha explicado en entrevista a ConSalud la epidemiología de la enfermedad y cómo la investigación podría contribuir a la prevención y el tratamiento de la infección.
La enfermedad se manifestó inicialmente "con síntomas neurológicos, con síntomas de encefalitis o meningoencefalitis, con mucha gravedad y una mortalidad cercana al 40%"
El primer brote del virus Nipah, en 1998, produjo “casi 300 casos de los cuales hubo 108 fallecidos, es decir, una mortalidad en torno al 35% aproximadamente, un poquito más, y en ese primer momento se asoció a contacto con cerdos, fundamentalmente, y se manifestaba con síntomas neurológicos, con síntomas de encefalitis o meningoencefalitis, con mucha gravedad y una mortalidad cercana al 40%”, explica el experto.
El principal reservorio de la enfermedad se ha visto en murciélagos y comida contaminada, pero la transmisión de persona a persona también puede producirse. Sin embargo, Arce asegura que “es difícil porque no es un virus tan contagioso como pudiera ser el SARS-CoV-2 o algunos otros virus que están más adaptados al humano”.
La transmisión de la enfermedad puede darse, pero, hasta la fecha, no tiene una pauta de vacunación para la prevención. Actualmente, “el tratamiento es de soporte para tratar los síntomas neurológicos o respiratorios graves, mediante intubación, por ejemplo”, destaca el miembro de la SEIMC.
Sin embargo, otros tratamientos “están en desarrollo, como pueden ser los anticuerpos monoclonales, con estudios en primates no humanos, que parecen ser eficaces frente a este virus”, puntualiza Arce.
“Hay varias vacunas en desarrollo, de las cuales todavía no están disponibles para su uso de forma rutinaria, pero sí que están avanzando en las distintas fases de la investigación”
En materia de prevención de la enfermedad, los expertos están estudiando una vacunación eficaz frente a este virus. “Hay varias vacunas en desarrollo, de las cuales todavía no están disponibles para su uso de forma rutinaria, pero sí que están avanzando en las distintas fases de la investigación”, insiste el experto de la SEIMC.
No obstante, aunque los nuevos casos y su carácter mortal pueden evidenciar un riesgo, Arce subraya que “a día de hoy no debemos generar alarma porque el número de reproducción o R0 es muy bajo, es decir, la transmisión de persona a persona no podría generar grandes brotes”.
Por ahora, en España “el contagio es poco probable, pero siempre tenemos que estar preparados”, recuerda el doctor. En este sentido, a pesar de un escenario de bajo riesgo en España y el contagio en una zona localizada de la India, las Unidades de Aislamiento de Alto Nivel de España “debería tratar esta enfermedad, porque se considera una enfermedad infecciosa de alto riesgo”.
“Para poder diagnosticar estas enfermedades hay que sospecharlas”, pone de relieve el experto de SEIMC. Por este motivo recuerda que “España es el único país de la Unión Europea que no dispone de especialidad de enfermedades infecciosas”. En este sentido, la especialidad “sería fundamental para tener profesionales preparados para sospechar este y otros virus”, concluye.