Donar es un gesto que salva vidas. Esta acción, a veces tan simple como sentarse en una camilla para que te saquen sangre y después recibir un bocadillo, es esencial para el abordaje de los pacientes y la investigación. Se pueden dar órganos, sangre, tejidos, médula ósea. Uno de estos valiosos elementos que generosamente aportan las personas al sistema sanitario es el plasma. Altamente desconocido, debido a que se suele donar simplemente sangre en la mayoría de los casos, pero con un importante impacto en la Sanidad.
El plasma es un componente líquido de la sangre en el que están suspendidos los glóbulos rojos, los leucocitos y las plaquetas. Este elemento, 90% agua y 10% sales minerales y proteínas esenciales para la vida, como son la inmunoglobulinas, factores de coagulación (VIII y IX) y albúmina, se utiliza para transfusiones y elaboración de medicamentos.
Según datos del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, cada año se precisan 65.000 donaciones de plasma solo en Cataluña
Según datos del Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, cada año se precisan 65.000 donaciones de plasma solo en Cataluña. Aunque en los últimos años se ha doblado la cantidad de material conseguido por esta institución, lo cierto es que están lejos de alcanzarlo. Según las previsiones que hacían antes de terminar el 2022 se preveía que se producirían 25.000 donaciones de plasma, por lo que se necesita un 61,54% más. A nivel nacional, ocurre lo mismo.
EL VALOR DEL PLASMA
La plasmaféresis es el procedimiento por el que exclusivamente se dona plasma, separándolo del resto de componentes sanguíneos que regresan al donante. Se trata de una técnica segura, sencilla y sin mayores molestias que la donación de sangre convencional, en 35 minutos está resuelta. Los requisitos, como recoge en su web el Ministerio de Sanidad, son los mismos: tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos y tener buena salud.
Si se alcanzan todas las cantidades de donaciones que se precisan, quedarían cubiertas las necesidades de hemoderivados, que son tratamientos creados a partir de las proteínas del plasma para pacientes con diferentes patologías hematológicas. Entre las proteínas que más se necesitan están las inmunoglobulinas, vitales para los pacientes inmunodeprimidos.
Un único paciente puede llegar a necesitar al año 1.200 donaciones, según datos del Centro de Transfusión de Madrid
También se daría respuesta a los pacientes con problemas de coagulación, como son el caso de las personas con hemofilia o con el síndrome de Von Willebrand, otro trastorno sanguíneo con disfunción en la coagulación. Estos reciben infusiones de los factores de coagulación y gracias a ellos pueden acudir a una intervención sin miedo a una hemorragia fatal o recibir tratamientos para tener un día a día "más normal". A partir de la albúmina, la otra proteína incluida en el plasma, se pueden tratar a los que han sufrido grandes quemaduras, que se han sometido a un trasplante hepático o que han padecido un shock hemorrágico.
Un único paciente puede llegar a necesitar al año 1.200 donaciones, según datos del Centro de Transfusión de Madrid. Son pacientes como Justo y Gema Ancillo, padre e hija con Von Willebrand que pueden vivir gracias al plasma, o Neus, que también necesita de forma regular medicamentos elaborados a partir de las proteínas de esta sustancia. Todos ellos han protagonizado las campañas de sensibilización que a lo largo de los años distintas instituciones han puesto en marcha.
Son pacientes que gracias a estos gestos se sienten más seguros, se curan, pueden vivir. El objetivo del Ministerio de Sanidad es conseguir al año 100.000 donantes. El plasma es un tejido que no se puede fabricar, que depende de la donación, un gesto imprescindible. Mientras no se alcancen los objetivos, los pacientes como Justo, Gema, Neus o cualquiera que mañana tenga un accidente que precise de estos tratamiento, tendrá más difícil acceder a ellos.