Las fiestas y comidas familiares conllevan que, por lo general, se abandonen por un tiempo los hábitos alimenticios adquiridos durante el año y que se tienda a comer en más cantidad y alimentos menos saludables ya que los menús incorporan alimentos más calóricos, ricos en grasas y en azúcares que a la larga pueden ser perjudiciales para el organismo. A día de hoy, un tema que está en el punto de mira de los expertos en salud radica en el azúcar que consume la sociedad sin saberlo.
Durante la Navidad es habitual consumir dulces como los turrones, mazapanes o polvorones, que contienen grandes cantidades de azúcar. Pero los azúcares se esconden en todo tipo de productos, incluso en aquellos en los que menos se espera, como por ejemplo, lácteos ultra-procesados, cereales de desayuno, platos precocinados o embutidos.
En estas fechas es frecuente caer en excesos con la comida o abusar de carnes rojas o azúcares
Tal y como indica Carlos Ríos, uno de los autores del manifiesto, hay que tratar de incorporar en nuestra dieta lo que se conoce como comida real (todos aquellos alimentos mínimamente procesados), ya que tienen nulas o muy bajas cantidades de azúcar.
Algunos ejemplos de este tipo de alimentos son verduras, hortalizas y frutas, frutos secos, legumbres, pescado y marisco, tubérculos o huevos. Otra opción también podrían ser aquellos alimentos que constituyen la dieta mediterránea. Según el manifiesto elaborado por DKV, el uso de aceite de oliva virgen extra para los aliños, un par de raciones de verdura diaria o 3 piezas de fruta al día resultarán extremadamente benefiosas para la salud.
Además, otro factor beneficioso para el organismo es comer despacio para así digerir mejor los alimentos. Una acción importante para combatir los excesos de Navidad y evitar que pasen factura a nuestra salud física o emocional, es ser conscientes de lo que comemos y poner medidas para evitar comer más de lo recomendado.
La ‘comida real’ o la dieta mediterránea son dos opciones saludables
Sí, comer sano en época navideña es posible y además sencillo de conseguir con una buena planificación. La clave está en organizarse y escoger bien, pues hay muchos platos ricos y sanos a base pescado, verduras y fruta. De esta manera, podemos sustituir los embutidos, quesos y patés por ensaladas de frutas, mejillones, o incluso cremas de verduras. Al cocinar los platos principales, una buena opción son las carnes magras como pollo o pavo, así como también lo son pescados cocinados al horno con guarnición de verduras.
También se recomienda reducir el consumo de bebidas alcohólicas o azucaradas, ya que son una de las mayores fuentes de calorías y azúcar de las que se suele abusar en Navidad. Es recomendable consumirlas exclusivamente en aquellos momentos más especiales, tales como el brindis
También se debe incentivar el proceso de cocinar y preparar personalmente las comidas, evitando así el consumo de ultra-procesados, de los cuales recomiendan reducir su compra en cantidades importantes.
CONTINUAR CON LA ACTIVIDAD FÍSICA
Aunque se trate de fechas con más compromisos de lo habitual durante las navidades no hay que dejar de hacer ejercicio, ya que realizar actividad física a diario (al menos 30 minutos), es sumamente importante. Algunos de los beneficios del ejericio físico son la reducción del riesgo de muerte prematura, infarto, accidente cerebrovascular (ictus), diabetes tipo 2, hipertensión, síndrome metabólico, cáncer de mama y de colon, entre otras enfermedades.
Estas son algunas de las pautas que podemos tener en cuenta para disfrutar de estas fiestas. En definitiva, ser consciente de lo que se come, tomar pequeñas decisiones y no dejar de lado los hábitos diarios, son clave para sobrellevar la Navidad de una manera mucho más saludable.