Normalmente, las investigaciones médicas se han basado en hombres o en animales machos, sobre todo en roedores. La representación femenina en los ensayos clínicos sigue siendo anecdótica. Según cuenta el cardiólogo Héctor Bueno, coordinador del Área de Investigación Cardiovascular del Hospital 12 de Octubre e investigador del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), esto hace que en muchas ocasiones los médicos evalúen a las pacientes femeninas como si fueran hombres, esto puede dar lugar a tratamientos inadecuados o incluso peligrosos: “Existe el error común de extrapolar a las mujeres los conocimientos acerca de las enfermedades que, por lo general, han sido estudiadas principalmente en hombres”. Un ejemplo de ello es que la representación de las mujeres en la fase inicial de los ensayos clínicos se encuentra entre el 21% y el 32%, con diferencias por patología.
Si nos centramos, por ejemplo, en enfermedades, un caso es el de las cardiopatías femeninas, ya que a menudo pasan inadvertidas porque los síntomas en ellas son distintos a los de ellos. En el cribado de enfermedades mentales sucede algo parecido.
Al igual que en estos ensayos clínicos, ocurre lo mismo con el estudio del dispositivos sanitarios. La mayor parte del sector de objetos médicos se enfocó principalmente durante muchos años en hombres.
La falta de representación del sexo femenino en la investigación de dispositivos médicos puede tener graves consecuencias para la salud de las mujeres
La falta de representación puede tener graves consecuencias para la salud de las mujeres. Un ejemplo de ello son los dispositivos cardiovasculares, como los marcapasos, que pueden tener resultados y tasas de complicación diferentes en hombres y mujeres. Éste es sólo un ejemplo de cómo el sexo marca la diferencia a la hora de diseñar un dispositivo sanitario que proporcione resultados óptimos en cuanto a seguridad y eficacia para todos los pacientes.
De esta forma, los primeros dispositivos siempre tienden a ser más grandes, lo que hace que en muchos casos el tamaño no sea adecuado para el sexo femenino y les quede más grande a ellas, convirtiéndolo en un gran problema para la salud. “Esa diferencia de tamaño penaliza a la mujer y que los inherentes problemas con minimizar los dispositivos relacionados con la tecnología repercuten más en la mujer que en hombre, por pura mecánica. Normalmente todos los dispositivos son más grandes y caben mejor en los hombres que en las mujeres”, comenta el Dr. Bueno.
“Normalmente la tasa de complicaciones en los procedimientos vasculares es más alta en las mujeres. Pero son más altas en gran medida porque las arterias tienen un tamaño más pequeño y se rompen con más facilidad"
El cardiólogo ha visto en muchas ocasiones como un catéter puede romper una arteria de una mujer debido al gran tamaño del tubo: “Cuando vas a meter un catéter que tiene un diámetro muy gordo, por ejemplo, en la arteria femoral de una mujer, que es más pequeña que la de los hombres, se puede romper la arteria. La conclusión que puedes sacar de este caso es que las mujeres son más débiles", pero la realidad no es esa. Por suerte, a lo largo de los años, se han desarrollado catéteres de diferentes tamaños, adaptándolos a la necesidad de la anatomía de cada persona.
Asimismo, el Dr. Bueno comenta que esto es algo que puede ocurrir en los procedimientos de intervención arterial, tanto en los dispositivos que se implantan desde fuera como los que se implantan desde dentro, como los stents. “Normalmente la tasa de complicaciones en los procedimientos vasculares en las mujeres es más alta. Pero son más altas en gran medida porque las arterias tienen un tamaño más pequeño y se rompen con más facilidad para el mismo dispositivo que para los hombres", alega el cardiólogo.
DISPOSITIVOS NEUTRALES
Hoy en día, se tienen en cuenta aspectos ergonómicos que sin duda afectan el desempeño del dispositivo médico, ya que ese problema se presenta también en aquéllos neutrales, como reemplazos de cadera, que ahora se desarrollan algunos de menor tamaño y que se adaptan mejor a cuerpos más pequeños. También ocurre con ciertos dispositivos cardíacos, como los ya comentados, que simplemente no tienen el tamaño o la forma adecuada para las mujeres, quienes tienen reacciones inmunológicas más fuertes a los dispositivos que contienen metales. Por ejemplo, los fabricantes de dispositivos tardaron hasta 2010 en crear un dispositivo de asistencia ventricular más pequeño, diseñado para mujeres.
Lo mismo sucede con otros aparatos más comunes que se suelen ver en Atención Primaria como con el tensiómetro, y es que por suerte, se han ido desarrollando diferentes tamaños de manguitos para poder adaptarse a todo tipo de cuerpos, ya sean mujer, hombre o incluso niños. “Si tú tienes un manguito de tensiómetro que es universal, es muy fácil que quepa en el brazo del hombre y a la mujer le queda muy grande y tome la tensión mal. Precisamente por proporción las mujeres que tengan los brazos muy finos, este tensiómetro puede ser inapropiado", comenta el Dr. Bueno.
Las sondas, las agujas, los pulsioxímetros y los tensiómetros son aparatos que han podido adaptarse a las necesidades de cada tipo de cuerpo teniendo en cuenta el conocimiento de para quien iría dirigido
Las sondas, las agujas y los pulsioxímetros son otros aparatos que han podido adaptarse a las necesidades de cada tipo de cuerpo teniendo en cuenta el conocimiento de para quien iría dirigido. Y es que, al final, son objetos que cualquier persona puede usar en cualquier momento de su vida, siendo beneficioso y óptimo para la salud.
No obstante, el mundo de los dispositivos médicos cambia vertiginosamente y están en constante evolución porque se espera mejorar la calidad de vida de los pacientes sin que se tenga un efecto adverso. Por eso, es importante seguir avanzando mucho en este campo y conseguir que cada progreso que hagan sea provechoso para la población general.