El pasado viernes, 28 de septiembre, fue el Día Mundial por el acceso al Aborto legal y seguro, declarado en 1990 por la Asamblea del Movimiento Feminista Latinoamericano. Una práctica que, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, está disminuyendo: 93.131 abortos, la cifra más baja de los últimos diez años.
De este modo, la tendencia ha ido cayendo, de 118.611 (2011) a 93.131 (2016). El informe de Sanidad sobre la interrupción voluntaria del embarazo correspondiente a 2016 señala que el 93,83% de las interrupciones se realizan durante las primeras 14 semanas de gestación y a petición de la mujer (89,67%). En solo el 10,33% de los casos la interrupción del embarazo estuvo justificada por una grave anomalía del feto incompatible con la vida o por grave riesgo para la vida o la salud de la madre.
Tabla con el número de Centros que han notificado IVE, número de abortos realizados, tasas por 1.000 mujeres entre 15 y 44 años. Total nacional.
El perfil de la mujer que aborta es joven entre 20 y 29 años (32,13%), en pareja (28,69%), con la Educación Secundaria Obligatoria (38,21%), trabajadora por cuenta ajena (51,79%), sin hijos (45,66%) y sin haber realizado una interrupción voluntaria del embarazo previamente (62,45%).
Los abortos han sido en su mayoría en centros privados (88,26%), realizándose a través de clínicas autorizadas debido a que los servicios de salud públicos carecen de medios específicos y especialistas en aborto quirúrgico, como bien apuntó el Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso el pasado mes de marzo.
"No hay voluntad política para formar a los profesionales, ni inversión para crear unidades específicas de interrupción del embarazo"
La portavoz socialista de Igualdad, Ángeles Álvarez, ya explicó cuando el PSOE se encontraba todavía en la oposición, que los servicios públicos de salud “no tienen especialistas en aborto quirúrgico o instrumental”.
Para la presidenta de la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo (ACAI), Francisca García “no hay voluntad política para formar a los profesionales, ni inversión para crear unidades específicas de interrupción del embarazo con equipos especializados que conozcan todas las técnicas”. La llegada de Pedro Sánchez y el PSOE a la Moncloa podría cambiar la situación.
SE REABRE EL DEBATE
El PP, pese a no estar de acuerdo con la actual ley de plazos del aborto, la mantuvo durante el Gobierno de Rajoy. En 2014, tras el intento fallido de reformar la legislación sobre la interrupción voluntaria del embarazo, Alberto Ruiz-Gallardón dimitía. Entonces, sólo se introdujo la obligación de que las jóvenes de 16 años necesiten el consentimiento de sus padres para poder abortar.
Ahora, con Sánchez como presidente del Gobierno y Pablo Casado, como líder de la oposición, parece que el eterno debate sobre "aborto sí" y "aborto no" se reabre. El líder socialista ha dejado claro el carácter feminista y progresista de su Gobierno con un gabinete con una presencia mayoritaria de mujeres. Ellas, las socialistas ya dejaron claro en más de alguna ocasión que si el PSOE llegase al Gobierno se despenalizaría el aborto y se volverían a recuperar todos los preceptos de la Ley Orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo.
Pablo Casado: "Somos el partido de la vida y la familia y eso no es de derechas ni de izquierdas"
Por la contra, la elección de Pablo Casado como secretario general del PP polariza el debate hacia el otro extremo ideológico. A lo largo de la campaña y durante su discurso, dejó claras sus intenciones: "somos el partido de la vida y la familia y eso no es de derechas ni de izquierdas. No hay nada más progresista que defender la vida, nada más necesario que defender la natalidad, la conciliación, la capacidad de que las familias puedan tener hijos".
La posibilidad de lograr un consenso político sobre el derecho de las mujeres a abortar legalmente podría no llegar nunca.