Este jueves se celebra el Día Internacional del TDAH, un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, que padece hasta un 7% de los niños en edad escolar y persiste en el 4,5% de los adultos. Esta patología está asociada a dificultades en la atención y a distracciones recurrentes, entre otras respuestas involuntarias del cerebro, pero también vinculada a mitos muy extendidos en la sociedad.
El TDAH es un trastorno neurobiológicoy crónico que se manifiesta a través de la conducta durante la infancia. Su presencia puede darse en niveles variables de severidad y el desarrollo de las personas se ve afectado en menor o mayor medida. A pesar de estos síntomas relacionados, las muestras de agitación o las dificultades en la atención no tienen por qué ser un indicio del trastorno.
Esta patología presenta otras características que repercuten positivamente en el desarrollo de los niños
Aunque el trastorno es orgánico y de origen multifactorial, es eminentemente genético, heredable en más del 70% de los casos. Su sintomatología se inicia en la infancia, antes de los 12 años, y se manifiesta en dos o más ámbitos con los que el paciente entra en contacto, produciendo repercusión en la vida social, familiar o académica. A pesar de estas condiciones, esta patología presenta otras características que repercuten positivamente en el desarrollo de los niños.
Ana María Madrigal, coordinadora del título ‘Máster de Formación Permanente en Trastornos y Dificultades de Aprendizaje’ de la UNIR, ha explicado a ConSalud.es en una entrevista cuáles son los mitos más extendidos entre la población que sufre TDAH y de qué manera la sociedad debe hacerle frente “mediante el refuerzo positivo”.
“Debemos mirar todas las posibilidades y cosas positivas que tienen estos niños”
“Estamos rodeados de mitos y de frases negativas, y debemos reforzar el trastorno en positivo”, asegura Madrigal. Una realidad que determina la aceptación por parte de los niños y su percepción del trastorno, y puede afectar negativamente a su desarrollo personal y social. “Se oye que son niños movidos, que no paran quietos, que molestan y no atienden, que están en su mundo, que no hacen las cosas, que no escuchan” y se debe poner una solución a estos mitos, matiza.
Esta experta insiste en que “debemos mirar todas las posibilidades y cosas positivas que tienen estos niños”. Uno de los factores que intervienen en este correcto desarrollo y la proyección en positivo es el diagnóstico precoz, que condiciona un mejor pronóstico y evita en mayor medida el deterioro neurológico en el paciente.
Este trastorno no se presenta de forma esporádica, no depende de situaciones
“El cerebro tiene unas etapas neurológicas y su desarrollo potencial va hasta los 6-7 años; si en este proceso vemos que el niño no atiende, no es capaz de estar quieto o pierde las cosas, es importante valorarlo e ir al pediatra”, afirma Madrigal. Además, este trastorno no se presenta de forma esporádica, no depende de situaciones, “es algo recurrente”, añade.
“Una característica muy importante de estos niños es el hiperfoco, es decir, esa capacidad para hacer varias cosas a la vez”, explica Madrigal, una cualidad más que desmonta los mitos de “niños inquietos que no hacen las cosas”. Pero lo más importante, señala, es entender que cada caso es diferente y que “con cariño, comprensión y una mirada cariñosa de ‘me tienes aquí contigo’ se evitarían muchos problemas”.
TDAH, UN PROCESO DE APRENDIZAJE
El apoyo familiar, el manejo de la conducta, la adaptación escolar, son algunos de los factores que intervienen positivamente en el desarrollo de los pacientes con TDAH. Las estrategias de aprendizaje son, según explica Madrigal, fundamentales porque “esas funciones ejecutivas que las tenemos por desarrollo de manera general, ellos las tienen afectadas y es muy importante que se les ayude con ello”.
Aunque esta patología se desarrolle en edades infantiles, la medicación es otra de las soluciones para combatir los síntomas de este trastorno. Entre los medicamentos se incluyen aquellos que mejoran los déficits en neurotransmisores en partes concretas del cerebro. “En algunos casos sí es necesario prestarles una medicación temporal hasta que adquieren esas herramientas con las que el niño será capaz de funcionar”, resalta la experta.
Con ayuda de terapia conductual y, en caso necesario, tratamientos que ayuden a este proceso de aprendizaje, se puede realizar un tratamiento efectivo y ayudar a los niños que padecen TDAH a vivir con este trastorno sin limitaciones. “El cerebro necesita tiempo de desconexión”, concluye Madrigal; “mi consejo es que los niños, ahora en verano, se diviertan, jueguen y desconecten, que puedan disfrutar del tiempo libre”, concluye.