Según los últimos datos ofrecidos por el Informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) 'Las cifras del cáncer en España 2020', la estimación de nuevos números de casos en nuestro país de esta enfermedad para el año 2020 es de 3.645 casos, lo que la posiciona como el octavo tipo de cáncer más frecuente en las mujeres.
Este tipo de cáncer es considerado una enfermedad heterogénea. Existen al menos cuatro subtipos histológicos que se comportan de forma distinta, tanto en frecuencia como en conducta, y diferentes subtipos moleculares. La identificación de nuevas dianas y la personalización de los tratamientos nos permitirán una mejor selección del tratamiento para las pacientes, según informa SEOM.
La identificación de nuevas dianas y la personalización de los tratamientos nos permitirán una mejor selección del tratamiento para las pacientes
El tratamiento estándar del cáncer de ovario avanzado consiste en la realización de una cirugía con el máximo esfuerzo citorreductor, ya que lograr la resección de todo el tumor visible es uno de los principales factores pronósticos en esta enfermedad. En función de una serie de criterios clínicos, se administra un tratamiento de quimioterapia previo y/o posterior a la cirugía con carboplatino y un taxano, habitualmente paclitaxel. Aunque los resultados del tratamiento primario han mejorado gradualmente, la mayoría de las mujeres tendrán una recaída en los dos primeros años.
TRATAMIENTOS
La elección del tratamiento a la recaída dependerá del tipo tumoral, de la duración de la respuesta a la primera línea, de las toxicidades presentadas y de agentes utilizados, de la situación clínica y preferencias de la paciente y de la presencia o no de mutaciones en BRCA. La identificación de factores predictores / biomarcadores es vital para ello.
Existen otra serie de tratamientos complementarios a los esquemas de quimioterapia que actúan sobre dianas específicas del crecimiento tumoral y que han demostrado ser beneficiosos en diferentes escenarios del cáncer de ovario avanzado. Una de estas estrategias terapéuticas es el tratamiento antiangiogénico, representado por bevacizumab, que persigue el bloqueo de la formación de nuevos vasos sanguíneos por el tumor para así dificultar su crecimiento.
Los inhibidores de PARP han demostrado beneficios en todos los grupos de pacientes
Por otro lado, aproximadamente un 20% de pacientes presentan mutaciones en BRCA 1 / BRCA 2, ya sea a nivel germinal (en todas las células del cuerpo, hereditarias) o somático (en el tumor, no hereditarias). En el momento actual, existe indicación de realizar un estudio genético en todas las pacientes diagnosticadas de carcinoma de ovario epitelial no-mucinoso, independientemente de la historia familiar. Además, entre un 20-30% de pacientes también presenta alteraciones en el tumor en otros genes implicados en las vías de reparación del ADN.
Estos hallazgos han permitido identificar un grupo de pacientes especialmente sensible a los fármacos inhibidores de PARP (iPARP) fármacos que han sido desarrollados en diferentes ensayos clínicos en los que han participado pacientes que presentaban o no estas mutaciones mencionadas previamente. Aunque con distinta magnitud de beneficio, los inhibidores de PARP han demostrado beneficios en todos los grupos de pacientes (con o sin mutación), y en diferentes contextos de la enfermedad avanzada. Este descubrimiento ha supuesto un gran avance en el tratamiento de los pacientes con cáncer de ovario. A día de hoy, existen tres fármacos aprobados –olaparib, niraparib y rucaparib–.
Aunque actualmente su aprobación se limita a pacientes con recaídas, los resultados de los estudios en fases más precoces de la enfermedad nos animan a pensar que próximas aprobaciones llegarán en estas situaciones. Por otro lado, existen otros fármacos en fases más tempranas de investigación, como la inmunoterapia, en monoterapia y en combinación.
Es por ello que “En Oncología, cada avance se escribe con Mayúsculas”, desde la SEOM han pretendido resaltar que los pequeños avances –cirugía de la recaída, el empleo de terapias dirigidas– considerados de manera aislada, podrían haber sido considerados de escasa relevancia, pero acumulados entre sí han llevado a cambiar en muchos casos de una manera notable el pronóstico, la supervivencia y la calidad de vida de muchas pacientes, todos ellos objetivos imprescindibles en las pacientes con cáncer de ovario.