Con la llegada del siglo XXI, la tecnología sanitaria avanzó de un modo trascendental. Tanto es así que en el año 2000, la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés Food and Drug Administration) aprobó el uso del sistema quirúrgico Da Vinci. Controlado por un cirujano que opera desde una consola, este robot fue diseñado para facilitar la intervención compleja empleando un enfoque mínimamente invasivo. Después de 20 años sirviéndose de este mecanismo, son muchos los profesionales sanitarios que aseguran que este sistema quirúrgico es el más avanzado del mundo.
De forma habitual, el Da Vinci se emplea para el tratamiento del cáncer de próstata y alteraciones urológicas varias. El motivo es que este sistema posibilita una recuperación más rápida de la función sexual y la continencia urinaria. No obstante, este robot se puede utilizar para abordar otras patologías en la sala de operaciones. Esto sucede en múltiples áreas, desde la Ginecología hasta la Cardiología, pasando por la Cirugía General, Pediátrica o la Oral y Maxilofacial. En este sentido, se pone de manifiesto la transversalidad del sistema.
Este sofisticado mecanismo se compone de una consola ergonómica desde la que trabaja el cirujano, un carro que monta cuatro brazos robóticos, un sistema de visualización de alta calidad y una serie de instrumentos propios de una operación quirúrgica, diseñados para que puedan fijarse en la extremidad de los citados brazos robóticos.
A través de la consola, el facultativo interviene guiándose por una imagen tridimensional. Así, el robot Da Vinci recibe las órdenes en tiempo real y reproduce al detalle los movimientos de la mano, la muñeca y los dedos del cirujano. No obstante, es importante subrayar el hecho de que aunque se denomine robot, el sistema no es capaz de tomar decisiones por sí mismo, sino que necesita una manipulación directa del médico para efectuar cada maniobra.
NUEVAS POSIBILIDADES CON HUGO
La cirugía asistida en intervenciones urológicas y ginecológicas ha dado un paso de gigante con HUGO, un robot de avanzada tecnología que ya ha actuado frente a enfermedades como el cáncer de próstata o el cáncer renal.
Entre las múltiples ventajas del sistema creado por Medtronic se enumera la introducción, por primera vez, en un sistema de su clase una consola abierta, portabilidad, inteligencia artificial y un diseño modular, toda vez que mejora la precisión y la ergonomía.
"Da Vinci y HUGO son dos sistemas complementarios, dos sistemas que nos van a dar muchas alegrías y van a redundar en mejorías en las cirugías. Es una buena noticia para los profesionales, pero sobre todo para los pacientes y usuarios de los sistemas de salud", explica en una entrevista concedida a ConSalud TV el doctor Ricardo Brime, urólogo y responsable del programa de Cirugía Oncológica robótica de ROC Clinic.
En la actualidad la cirugía robótica solo se aplica en un 3% de los procedimientos a nivel mundial, pese a que esta técnica quirúrgica ha demostrado reducir el riesgo de complicaciones durante las intervenciones y acorta el tiempo de recuperación de los pacientes, algo especialmente importante en el caso de las personas de edad avanzada o pluripatológicas.
LAS POSIBILIDADES DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Los avances tecnológicos no se limitan, en exclusiva, al área asistencial. La incorporación de los dispositivos de inteligencia artificial en el ámbito de la salud y la biomedicina presenta interesantes expectativas en la mejora y avance del conocimiento y abordaje de las patologías.
La incorporación de la inteligencia artificial en el sector sanitario presenta grandes avances en aspectos tan relevantes como la mejora en la precisión y seguridad de los diagnósticos, la implementación de protocolos de actuación clínica personalizados que permitan adelantarse a la aparición de las patologías o sus efectos en quienes las padecen, analizar grandes cantidades de datos con rapidez, precisión y fluidez, o diseñar mecanismos de detección precoz de eventos graves para la salud pública, como son las epidemias o pandemias, que permitan implementar en fases muy iniciales planes de actuación y contingencia que anulen o minoren el impacto en la sociedad.
Esta idea se consolida en lo que se conoce por medicina predictiva, un concepto que cobra especial relevancia la especialidad médica de Oncología, toda vez que en otras también se está progresando, como la Cardiología, Urología, Neurología o la Psiquiatría.