Riesgo cardiovascular en supervivientes de cáncer infantil: "Es uno de los más frecuentes"

El cáncer infantil en España tiene una supervivencia muy favorable, pero algunos de esos pacientes pueden fallecer por una enfermedad cardiovascular provocada por los tratamientos

Enrique Ruíz Escudero, junto a un niño con cáncer (Foto: Hospital Ramón y Cajal)
Enrique Ruíz Escudero, junto a un niño con cáncer (Foto: Hospital Ramón y Cajal)

Las enfermedades cardiovasculares son, junto con las segundas neoplasias, la primera causa de muerte en los supervivientes al cáncer. Según la Sociedad Española de Cardiología (SEC), los tratamientos onco-hematológicos triplican el riesgo de eventos cardiovasculares a medio y largo plazo, pero la evidencia científica en su manejo es escasa. Esto quiere decir que el tratamiento de cardiotoxicidad plantea un enorme reto a los equipos de cardio-onco-hematología implicados en la atención de pacientes con cáncer, cuyo objetivo es facilitar el tratamiento y minimizar la toxicidad cardiovascular en estos pacientes.

El cáncer infantil en España tiene una supervivencia muy favorable: más del 80% de los pacientes sobreviven a largo plazo. Sin embargo, “también conocemos que algunos supervivientes pueden fallecer de la enfermedad o de la complicación derivada del tratamiento, y uno de los riesgos que más vemos en los pacientes es la enfermedad cardiovascular”, explica el Dr. Luis Madero, jefe de Hemato-Oncología Pediátrica del Hospital Niño Jesús.

Aproximadamente el 11% de los pacientes adultos que han superado una neoplasia en la infancia sufre una cardiopatía grave, generalmente una insuficiencia cardíaca o precisa de tratamiento cardiovascular. Precisamente, por este motivo, la Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un estudio pionero en España destinado a prevenir los riesgos y complicaciones cardiovasculares que pueden acompañar con el tiempo a algunos pacientes de cáncer infantil debido a los tratamientos que han recibido para combatir la enfermedad.

Los supervivientes a largo plazo de cáncer infantil pueden triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares respecto a la población general

Se trata de una colaboración multidisciplinar en la que participarán oncólogos y cardiólogos pediátricos, genetistas y radiólogos expertos en imagen cardiaca. El proyecto está liderado por el Dr. Luis Madero López, en nombre del Hospital Niño Jesús, y la jefa del Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Universitario Ramón y Cajal, la Dra. María Jesús del Cerro Marín.

Los supervivientes a largo plazo de cáncer infantil pueden triplicar el riesgo de eventos cardiovasculares respecto a la población general. Este peligro específico se deriva de los tratamientos que recibieron como pacientes y, según diferentes estudios, el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular es entre 1,9% y 12,7% mayor que en el resto de la población.

El objetivo de este pionero estudio es identificar precozmente los posibles factores de riesgo cardiovascular o disfunción cardiaca subclínica, para aplicar acciones preventivas, terapias precoces personalizadas, o plantear programas de rehabilitación específicos.

"Hay una concordancia entre lo que encontramos en los estudios que realizamos clínicamente y la realidad de ese problema cuando pasan 15 o 20 años"

“Hay una concordancia entre lo que encontramos en los estudios que realizamos clínicamente y la realidad de ese problema cuando pasan 15 o 20 años. Esto nos ha llevado a que nos dirijamos a una población de pacientes que han sobrevivido al cáncer infantil e intentar analizar cuáles son los factores de riesgo que les pueden condicionar a que dentro de 10 o 15 años presenten una enfermedad cardíaca”, cuenta el Dr. Madero.

Los principales eventos cardiovasculares que se pueden llegar a desarrollar se deben a que los tratamientos oncológicos pueden producir un amplio espectro de cardiotoxicidad. Por lo que la intención es analizar la cuantía de cardiotoxicidad, qué cantidad han recibido de radioterapia y qué tipo de enfermedad tenía: si era un sarcoma, una leucemia o un linfoma. “Una vez identificados, queremos descubrir alguna herramienta para que este riesgo sea reducido”, cuenta el oncólogo.

Para ello, han elegido una serie de pacientes y “los vamos a analizar realizándoles una cardioresonancia, una ecografía con straight, y analizando también algunos genes que pueden estar implicados en la población general, pero también en los enfermos que desarrollan algún tipo de miocardiopatía y verificando cuáles son los factores de riesgo respecto del tratamiento y la enfermedad que tenía”.

UN PROYECTO SIN PRECEDENTES

Esto proyecto comenzó hace años, cuando el Dr. Madero atendía una consulta de supervivientes de cáncer infantil, pero que ya “no eran niños”. Gracias a esos pacientes, “conseguimos hacer una base de datos y decidimos que íbamos a intentar analizar aquellos que nosotros considerábamos que habían estado expuestos a riesgos más elevados, que son los que han recibido radioterapia. Con esta base datos que ya tenemos, estamos analizándolos para buscar parámetros en los que nosotros podamos ver alguna mínima alteración que pudiera justificar a largo plazo el riesgo cardiovascular”.

Ahora, tanto él como los médicos de ambos hospitales participantes de este estudio, acaban de comenzar a tratar con los pacientes y esperan que de aquí a unos años, puedan llegar más lejos. “Hemos empezado a analizar pacientes. Calculo que en un año podemos tener a unos 70 u 80 pacientes y en dos años unos 150 pacientes”, concluye el médico.

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