El acompañamiento emocional a pacientes y familiares es una pieza fundamental en el abordaje del cáncer. Bajo el lema “para que los niños con cáncer nunca pierdan la sonrisa”, la Fundación Aladina atiende desde hace 14 años a niños y adolescentes enfermos de cáncer y a sus familias.
Alrededor de 1.100 nuevos casos de cáncer infantil son diagnosticados al año en España. Pese a que existen buenas cifras de supervivencia (cerca del 80%), el cáncer es una de las primera causas de muerte en menores.
Aladina mejora la vida de niños y adolescentes enfermos de cáncer
Al igual que se cuida el cuerpo, es importante cuidar el alma, por eso desde Aladina ofrecen apoyo integral: emocional, material y psicológico. “Nuestro objetivo es que los niños con cáncer nunca pierdan la sonrisa. Queremos que no dejen de jugar, que se sientan acompañados y felices, en definitiva, que no dejen de ser niños y reúnan las fuerzas necesarias para luchar contra la enfermedad”, afirma Carolina Martínez, miembro del equipo de comunicación y captación de fondos de la Fundación Aladina.
MÁS DE 1.500 “ALADINOS”
Desde su puesta en marcha en 2005, ya son más de 1.500 niños los que se benefician de algunos de los programas de Aladina.
Pieza importante en el desarrollo de estos proyectos son las personas encargadas de llevarlos a acabo. Para ello la fundación cuenta con un completo equipo de profesionales y voluntarios. Además, Aladina ofrece atención psicológica gratuita, becas a oncólogos, programas de ejercicio físico, y campamentos internacionales, entre otros.
Asimismo, la fundación ha desarrollado grandes obras entre las que destacan la creación de la UCI infantil “Aladina” y el centro Maktub, para el trasplante de médula ósea, en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
La UCI Aladina, una obra de vanguardia inaugurada por la fundación
Con el objetivo de que ninguno de sus guerreros se sienta solo, Aladina sigue creciendo. “Actualmente nos encontramos en el desarrollo de nuestro primer proyecto en Sevilla, en el Hospital Virgen del Rocío, y en Asturias”, concluye Martínez.