Un total de 85 entidades de parálisis cerebral de toda España se movilizarán el próximo 2 de octubre con motivo del Día Mundial de la Parálisis Cerebral para reivindicar sus derechos y lograr su inclusión real en la sociedad.
Actualmente en España viven 120.000 personas con parálisis cerebral, de las cuales el 80% tienen grandes necesidades de apoyo.
Precisamente con este objetivo, la ASPACE (Asociación de Parálisis Cerebral) ha desarrollado una campaña que, bajo el lema #DaleLaVuelta, pretende visibilizar las situaciones de vulneración de derechos de las personas con este trastorno y lograr que la sociedad empatice con esta realidad.
Para ello, se han elaborado diferentes vídeos en tono de humor e ironía donde se narran ocho situaciones reales de vulneración de derechos. En ellos se ha dado la vuelta a la realidad y es la persona sin parálisis cerebral la que ve vulnerados sus derechos en su día a día.
Además, personas afectadas de toda España harán mañana un llamamiento a la ciudadanía a través de redes sociales para que todo aquel que quiera sumarse, suba una foto al revés con el hashtag #DaleLaVuelta y así viralizar la campaña.
La campaña se centra en el reclamo de derechos como la igualdad y la no discriminación, el empleo digno y la inclusión laboral, la accesibilidad física y cognitiva, así como las herramientas técnicas y sociales necesarias para llevar una vida autónoma e independiente con capacidad de decisión.
Asimismo, ASPACE reclama en su manifiesto: garantizar una atención interdisciplinar y universal a la parálisis cerebral a lo largo del desarrollo vital de las personas; establecer sistemas de coordinación entre los servicios sanitarios y los de atención social; realizar investigaciones sociales para establecer la dimensión de las necesidades del colectivo; promover el acompañamiento social para la toma de decisiones y la curatela como alternativas a las incapacitaciones judiciales; y ofrecer una especial protección a la mujer con parálisis cerebral, que se enfrenta a las situaciones de vulneración más graves, como las esterilizaciones forzosas, la violencia de género o la intromisión en su vida íntima.