En el mundo, uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental, un problema que supone el 13% de la carga mundial de morbilidad en ese grupo. En el caso de España, los datos no son menos preocupantes. Antes de la pandemia ya se estimaba que en torno al 10% de los niños y al 20% de los adolescentes sufría trastornos mentales, con consecuencias que se pueden prolongar a lo largo de toda su vida.
En 2019, siete menores de 15 años se suicidaron en España. En 2020, año del inicio de la pandemia, fueron el doble. Y en 2021 la cifra llegó a 22. Se trata de casos extremos, pero los pediatras de Atención Primaria también han constatado un aumento de las autolesiones y los intentos autolíticos.
La realidad es que, en la actualidad, los adolescentes presentan másansiedad, síntomas depresivos, autolesiones y conductas suicidas, según informan desde la Asociación Española de Pediatría, lo que confirma que la pandemia ha provocado un aumento de hasta el 47% en los trastornos de salud mental en los españoles más jóvenes.
"La inversión en salud mental es una inversión en una vida y un futuro mejores para todos"
Es más, el encierro en los hogares fue un punto de inflexión que marcó un antes y un después en la salud mental de los jóvenes. En torno a un 10% de los niños y un 20% de los adolescentes tenían algún trastorno mental antes de la pandemia. Hoy en día, esas cifras han aumentado hasta un 47% de personas afectadas.
A su vez, el importante aumento de jóvenes afectados por trastornos mentales ha hecho que los gobiernos, las instituciones académicas, sanitarios y la sociedad civil tengan como objetivo “ayudar al mundo a transformar la salud mental”, tal y como explica la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la celebración del Día Mundial de la Salud este 7 de abril, recordamos una de las últimas palabras que el Director General de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, realizó sobre la salud mental: “Todos conocemos a alguien afectado por trastornos mentales. La buena salud mental se traduce en buena salud física y los vínculos indisolubles entre la salud mental y la pública, los derechos humanos y el desarrollo socioeconómico significan que transformar las políticas y prácticas respecto a los trastornos mentales puede arrojar beneficios reales y considerables para las personas, las comunidades y los países de todo el mundo. La inversión en salud mental es una inversión en una vida y un futuro mejores para todos”.
"No se hace un trabajo preventivo, ni en los colegios ni en casa y es donde deberían existir"
A finales del año pasado, la OMS presentó el informe “World mental health report: Transforming mental health for all” en el exhortaba a los defensores de la salud mental a fomentar los compromisos y la adopción de medidas para cambiar actitudes, actuaciones y planteamientos en relación con los trastornos mentales, sus determinantes y los cuidados conexos, sobre todo en los más jóvenes.
En él se formulan varias recomendaciones de centradas en cambiar las actitudes frente a la salud mental, dar respuesta a sus riesgos y fortalecer los sistemas de atención de esta salud. La primera de ellas es profundizar en el valor y el compromiso que atribuimos a la salud mental. Es decir, aumentar las inversiones en salud mental formulando políticas y prácticas basadas en la evidencia y estableciendo sistemas sólidos de información y seguimiento.
También, reorganizar los entornos que influyen en los trastornos mentales de los más jóvenes, como los hogares, las escuelas o los lugares de trabajo. La intención es aplicar medidas concretas a fin de mejorar los entornos para la salud mental tomando más medidas contra el maltrato y abandono de niños, proporcionando los cuidados afectuosos para el desarrollo en la primera infancia y combatiendo el acoso escolar.
"Nos falta todavía concienciación y programas preventivos que se extiendan a todos los colegios"
Este último es el que más preocupa. En España conocimos recientemente el caso de las gemelas de 12 años decidieron precipitarse al vacío desde un tercer piso en una localidad catalana. Todas las pesquisas apuntaban a que el motivo fue el bullying que sufrían en el colegio. En este contexto, Jordi Artigue, psicólogo clínico de Asociación Española de Neuropsiquiatría (AEN), ya explicó en una entrevista de Consalud.es cuál es el problema de que cada vez este acoso esta cada vez más mediatizada, pero sigue presente en muchas de las aulas educativas de nuestro país.
“El bullying ha existido en los colegios desde siempre, pero desde hace unas décadas hemos comenzado a fijarnos más en estas situaciones. Que ahora haya aumentado la gravedad, en este sentido, es porque nos falta todavía concienciación y programas preventivos que se extiendan a todos los colegios. No se hace un trabajo preventivo, ni en los colegios ni en casa y es donde deberían existir”, explicaba.
Por último, la OMS reclama diversificar y ampliar las opciones de atención para los trastornos mentales habituales en los jóvenes. En dicha ampliación se incluye la adopción de un método de distribución de tareas que amplíe la atención basada en evidencias, a fin de que puede ser ofrecida también por trabajadores generales de la salud y proveedores comunitarios.