Isabel, de 57 años, entró hace alrededor de un mes al hospital. Una tos que no la dejaba dormir fue el preludio de la falta de oxígeno que la llevó a ser ingresada. “Primero fui a Urgencias, me pusieron aerosoles y antiinflamatorio y me estuvieron vigilando hasta que aumentó el nivel de oxígeno en sangre, por entonces tenía mucha tos y la saturación muy bajita”. Tenía neumonía bilateral. A las pocas horas, cuando se recuperó, le dieron el alta, un domingo, con antibióticos, corticoides y aerosoles. Fue a trabajar e hizo vida normal, pero cada vez más cansada. El miércoles volvió a Urgencias. “Tenía los labios morados y me ahogaba”.
Las pruebas de antígenos habían dado negativo, estaba vacunada contra la Covid-19 y no encontraban la causa de la neumonía durante los primeros días. “Ni con los aerosoles ni con el oxígeno me recuperaba. Me dieron antibiótico y oxígeno todo el día”. Pero no funcionaba. A los tres días le subió la fiebre, empezó a no poder respirar y le bajó la saturación. Y la causa no la encontraban. “Era muy raro, no sabían lo que era y yo estaba en una habitación normal. Era todo extraño”, cuenta ahora. Por entonces, decaída, agotada y sin apenas ser consciente de lo que la rodeaba, no tenía energía para preocuparse.
“Yo tengo todas las vacunas puestas, no había ido a aglomeraciones y no me lo explicaba. Me dijeron que podía haberlo cogido en un momento de sistema inmunitario bajo", cuenta Isabel
Tras unos días, encontraron señales de la Covid-19 en un análisis de sangre. No sabía cómo se había contagiado y no se lo había trasmitido a nadie: ni a su familia, ni a los compañeros de trabajo, ni a los niños del colegio en el que trabaja. “Yo tengo todas las vacunas puestas, no había ido a aglomeraciones y no me lo explicaba. Me dijeron que podía haberlo cogido en un momento de bajada del sistema inmunitario. Que había sido mala suerte”.
NEUMONÍA COVID ACTUALMENTE
Cada año se producen entre 2 y 10 casos de neumonía por 1.000 habitantes en nuestro país según datos del Observatorio de resultados del Servicio Madrileño de Salud. En 2018 se produjeron 10.415 fallecimientos por neumonía, representando el 2,4% de todas las muertes, y según estos datos del Instituto Nacional de Estadística esto supone un aumento respecto al año anterior.
Durante la primera ola de la Covid-19, hasta un 20% de los casos desarrollaba neumonía. En las posteriores olas comenzó a disminuir la incidencia al ser menos virulento el virus causante, el SARS-CoV-2. “Tras la vacunación ese porcentaje continua descendiendo”, explica Rosario Menéndez, neumóloga del Hospital Universitario La Fe y directora del programa de investigación de infecciones respiratorias de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ).
“Más de 3 enfermedades concomitantes incrementa el riesgo de padecer neumonía y requerir hospitalización", indica la Dra. Menéndez
Actualmente, según explica la experta, los casos de neumonía aparecen en personas de edad avanzada o con múltiples enfermedades concominantes. “Más de 3 enfermedades concomitantes incrementa el riesgo de padecer neumonía y requerir hospitalización. También personas con enfermedades y/o tratamientos inmunosupresores pueden evolucionar a neumonía”, indica.
Sobre personas de 50 años o más jóvenes, la Dra. Menéndez señala que el porcentaje es “escaso” y que responden principalmente a pacientes inmunodeprimidos. En el caso de Isabel no sabe cómo pudo desarrollar neumonía, quizá afectó su tabaquismo, puede ser que tuviera las defensas bajas o simplemente cuestión de mala suerte. Con todo, la neumonía contra la Covid-19 ya no es la amenaza de hace dos años. “La mortalidad se ha reducido porque se dispone de tratamientos antivirales e inmunoduladores”. Isabel, días después de recibir el alta, sigue con pruebas para ver si le quedarán secuelas y con fatiga, pero se encuentra mejor.