La Sociedad Española de Neurología (SEN) se muestra tajante en el Día Mundial del Ictus: "El mejor ictus es el que no ocurre". Así lo asegura, María Alonso de Leciñana, coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN, que destaca el papel fundamental que tienen los neurólogos y que, según ella, están obligados a transmitir a la población cuáles son los síntomas de un ictus y cuáles los factores de riesgo para poder identificar y tratar esta patología a tiempo.
Actualmente, la sociedad científica trabaja en distintas líneas de acción con asociaciones de pacientes, colectivos sociales, empresas…Todo ello con un objetivo claro: la prevención del ictus.
Los neurólogos piden la implicación del Gobierno central y las CC.AA. para combatir el ictus
"La SEN trabaja con el Gobierno para organizar la atención sanitaria al ictus. El plan está muy avanzado, en la mayor parte de las comunidades autónomas tenemos planes de intervención frente al ictus que facilitan que cualquier paciente sea asistido de manera urgente y sea trasladado al hospital más capacitado", explica María Alonso de Leciñana a ConSalud.es.
Aún así, esta neuróloga insiste en que “es necesaria la implicación de los gobiernos para combatir el ictus” para favorecer los hábitos saludables".
AVANCES EN INVESTIGACIÓN
Los neurólogos desarrollan también investigación para lograr mejorar la prevención y el tratamiento del ictus. "Mediante ensayos clínicos, una vez desarrollados los tratamientos en el laboratorio y demostrar que también son efectivos en humanos. Se están investigando muchas técnicas de tratamiento y prevención. Una de las líneas más en boga son los tratamientos para mejorar la reparación cerebral. Sabemos que el cerebro tiene una capacidad de reparación endógena, una cierta plasticidad y cuando se produce un daño de este tipo se ponen en en marcha mecanismos propios de recuperación", afirma coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN.
De hecho, tal y como apunta María Alonso de Leciñana, los principales estudios se centran en la utilización de células madre y otros componentes celulares, en busca de la plasticidad idónea para mejorar la capacidad de recuperación cerebral.
RETOS: MEJORAR LA PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DEL ICTUS
Asimismo, Alonso de Leciñana lamenta que "los recursos son limitados" e insta a "mejorar la rehabilitación porque disponemos de recursos escasos o no suficientemente modernizados".
El ictus tiene tres fases principales de abordaje: la primera es la prevención, la segunda el tratamiento en la fase aguda para que le queden el menor número posible de secuelas y por tanto, poder establecer las medidas de protección secundaria. Posteriormente, la tercera es la fase de recuperación de las secuelas.
Cuando el ictus ocurre lo más importante es que el paciente o su entorno sepan detectar los síntomas
"Todas las medidas para prevenir un primer ictus son fundamentales. Si estas se aplican correctamente y se controlan los factores de riesgo, la mayoría de los ictus se podría prevenir", resalta la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la SEN. Esta neuróloga advierte de que el ictus es discapacitante en un tercio de los casos: "otro tercio más o menos se recupera y entonces hay que hacer rehabilitación. Generalmente es un proceso mucho más largo".
Cuando el ictus ocurre lo más importante es que el paciente o su entorno sepan detectar los síntomas con el fin de requerir atención inmediata porque el tiempo es muy importante. Cuanto antes se aplique el tratamiento más adecuado, el paciente va a poder evolucionar mejor.