El lavado de manos con cuidado y profundidad, con agua y jabón, ha sido hasta la llegada de la Covid-19 una práctica que se realizaba en occidente pero se asociaba principalmente a aquellos países cuyos recursos eran escasos, y hacía que la población no tuviera acceso al agua para lavarse las manos y evitar enfermedades. Sin embargo, con una pandemia mundial y un virus con una gran capacidad de transmisión, este hábito ha vuelto a recobrar su importancia, también en los países con más recursos.
Es simple, una correcta higiene de manos evita todo tipo de contagios y de propagación de enfermedades infecciosas, y con ello salva vidas. Las manos son la parte de nuestro cuerpo que está más en contacto con el exterior, son con las que cogemos las cosas, las dejamos, las llevamos, acariciamos, nos frotamos la cara, nos rascamos, y de esta forma diferentes agentes patógenos se presentan en nuestras manos y en todos los gestos que realizamos.
La higiene de manos no solo evita el coronavirus, sino también infecciones abdominales como diarreas, hepatitis o rotavirus, respiratorias como la gripe o el virus respiratorio sincitial, cutáneas como los abscesos o conjuntivitis, e incluso infecciones cerebrales
Como explica Unicef, el contacto directo es uno de los mecanismos de transmisión de las enfermedades infecto-contagiosas. “En la superficie de las manos, de manera invisible, portamos un gran número de microorganismos, que incluyen virus, bacterias y hongos”, que obtenemos al ponernos en contacto con alguien enfermo o un portador. Según los expertos, la cantidad de bacterias que se ha podido identificar oscila entre 104 y 109 unidades.
Y es que la higiene de manos no solo evita el coronavirus, sino también infecciones abdominales como diarreas, hepatitis o rotavirus, respiratorias como la gripe o el virus respiratorio sincitial,cutáneas como los abscesos o conjuntivitis, e incluso infecciones cerebrales.
De hecho, desde el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE) destacan que muchas de las enfermedades que se han producido por contagio en la atención sanitaria "podrían reducirse entre un 30 y un 70% si el lavado de manos se realizara correctamente".
Por eso desde 2008 la ONU considera esencial recordar cada 15 de octubre, Día Mundial del lavado de manos, la necesidad de mejorar las prácticas de saneamiento e higiene. Este año con el lema "Nuestro futuro está al alcance de la mano - Avancemos juntos", se vuelve a incidir en el correcto lavado de manos, que con la Covid-19 ya hemos interiorizado: unos 20 segundos, frotar las palmas con el dorso de la otra mano, luego entre sí enlazando los dedos, limpiar cada dedo, frotar los nudillos y también la zona debajo de las uñas, aclarar bien y secar.