El 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, una enfermedad desconocida y silenciosa. Actualmente afecta a 80 millones de personas en el mundo y ha dejado sin visión a 11 millones. “Se trata de un problema sanitario importante”, señala para Consalud.es la Dra. Elena Arrondo, especialista en Glaucoma de IMO Grupo Miranza. En España se estima que hay un millón de afectados con una prevalencia del 2%, de los cuales solo la mitad cuentan con diagnóstico. “No da síntomas hasta que el nervio óptico está muy dañado”, explica la experta.
El glaucoma engloba a un grupo de enfermedades neurodegenerativas que tienen en común el daño del nervio óptico y la pérdida del campo visual hasta que finalmente, si no se trata, el paciente se queda ciego. No ofrece síntomas como dolor, molestias o disminución brusca de la agudeza visual, por lo que normalmente los pacientes se dan cuenta en el momento en el que la pérdida de visión periférica es muy evidente, algo que sucede cuando el 40% del nervio está dañado de forma irreversible. “Es complicado hacer llegar el mensaje de esta enfermedad, por eso es importante animar a los pacientes a realizarse revisiones”, indica la Dra. Arrondo. Principalmente a aquellos con factores de riesgo.
Afecta al 12% de los miopes de 6 o más dioptrías y se dispara hasta el 80% en el caso de miopías muy elevadas
Según indica la especialista del grupo Miranza, son varios los factores de riesgo involucrados en el desarrollo del glaucoma. La edad es uno de los principales, “si en los caucásicos tenemos una incidencia del 1-2%, esta aumenta en el grupo de 80 años a un 4-5%”; también la constitución física de las diferentes etnias, “las personas negras tienen una mayor incidencia del glaucoma de ángulo abierto, mientras que los esquimales tienen más prevalencia del glaucoma de ángulo cerrado”.
Otros elementos son la presión ocular elevada, patologías sistémicas como la diabetes o la hipertensión, la predisposición genética o afecciones oftalmológicas como traumatismos oculares, trombosis de retina, trasplantes de córnea, la hipermetropía elevada o la miopía. En el caso de las personas hipermétropes con unas dioptrías muy elevadas, el ángulo formado por el iris y la córnea, donde entra el líquido que baña el interior del ojo, es más estrecho, por lo que se tiende a cerrar el drenaje lo que provoca el glaucoma del ángulo cerrado, que se traduce en visión borrosa o halos alrededor de las luces. En las personas miopes es todo lo contrario.
LA MIOPÍA, IMPORTANTE FACTOR DE RIESGO
“En estos casos hablamos de glaucoma de ángulo abierto”, es decir, el líquido se acumula por detrás del ángulo del iris y la córnea dañando al nervio lo que produce puntos ciegos en la visión lateral. Es el glaucoma más común que afecta al 90% de los casos, y la miopía es un factor muy importante de riesgo. “Tienen mayor susceptibilidad al tener el ojo más alargado y estirado lo que crea un estrés mecánico. También hay factores vasculares que influyen, pero que todavía no los conocemos muy bien”, continúa la Dra. Elena Arrondo.
Y añade: “El miope tiene entre dos y tres veces más riesgo de tener esta enfermedad”. Un riesgo que si bien todos los miopes tienen, aumenta conforme se incrementa el grado de miopía, pudiendo afectar al 12% de los miopes de 6 o más dioptrías y dispararse hasta el 80% en el caso de miopías muy elevadas, “de 20 o 30 dioptrías”.
El glaucoma miópico es una de las enfermedades más infradiagnosticas en oftalmología
La Dra. M. Jesús Chaves, de Vissum Grupo Miranza, concreta que “los pacientes miopes deben acudir periódicamente a una evaluación de la presión intraocular, examen del fondo de ojo (retina y nervio óptico), paquimetría (grosor de la córnea) y campimetría (campo visual)”. Según la especialista, “en muchas ocasiones, el seguimiento de estos pacientes queda centrado en lesiones de la retina propias de la miopía magna, y es fácil que la prevención del glaucoma quede olvidada. De hecho, son nuestros compañeros retinólogos, los que a menudo nos remiten a estos pacientes en riesgo para control y seguimiento”.
Aunque principalmente se suele comprobar la presión ocular, en los miopes esta puede ser normal aunque tenga la afección. “Lo importante es mirar el nervio óptico, que cuando está dañado tiene unas características diferentes a las personas sin glaucoma”, apunta la Dra. Arrondo, pero reconoce que con la miopía elevada no es sencillo. “Son ojos que frecuentemente tienen mucha patología en el fondo ocular, lo que añade un grado más de dificultad al diagnóstico”. Lo que hace que, según la Dra. Chaves, el glaucoma asociado a miopía magna sea "una de las enfermedades más infradiagnosticadas en oftalmología”.
AUMENTO EN LOS PRÓXIMOS AÑOS
Las expertas insisten en la necesidad de que los pacientes acudan a revisión para evitar el avance de esta enfermedad. Y es que, si actualmente tenemos 80 millones de afectados, se espera que para 2040 se alcancen los 110 millones de pacientes con glaucoma.
El envejecimiento de la población es uno de los principales factores implicados en el pronóstico, pero también influye el aumento de la miopía. “Actualmente a nivel mundial el 28% de la población tienen miopía, para 2050 hablaremos del 50%”, indica la Dra. Arrondo.
El poco uso de la visión de lejos en contraposición al mayor uso de la visión de cerca y media distancia es la principal causa de este aumento. “No es solo las pantallas, es el estar prácticamente todo el día entre cuatro paredes. Es algo difícil de cambiar”. Ante todo ello la Dra. Arrondo concluye que “es recomendable" que la población mayor de 40 años acuda a revisarse periódicamente.