El cáncer genera un significativo sufrimiento psicológico, alcanzando niveles de malestar emocional clínico en la mitad de las personas que lo padecen. Asimismo, se acompaña de trastornos psicopatológicos en más del 30% de los casos que precisan atención psicológica especializada, una prevalencia superior a la de la población general.
Así lo expone la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) en su informe 'Eficacia y utilidad clínica de la atención psicológica especializada', un documento que refleja que el malestar emocional es alto desde el inicio hasta el final de los tratamientos e, incluso, durante el periodo de supervivencia. De hecho, apuntan, es un factor de riesgo de trastornos psicopatológicos.
Los allegados presentan niveles de distrés y síntomas de ansiedad y depresión, en ocasiones superiores a los propios pacientes
El cáncer y su tratamiento también generan malestar emocional y afectaciones clínicamente significativas en el entorno familiar más cercano. Los allegados presentan niveles de distrés y síntomas de ansiedad y depresión, en ocasiones superiores a los propios pacientes.
Atendiendo a datos concretos de las pesquisas, el número de mujeres que solicitan atención psicológica es muy superior al de varones: un 74% frente a un 26%, respectivamente. La media de edad fue de 55 años y, la mayoría de todos ellos, estaban casados o con pareja estable (64%). Junto a ello, el 62% de los usuarios era el propio paciente y el 38% restante un familiar: la mayoría cónyuges/pareja (43%), hijo/a (34%) y padre/madre (8%).
DIFERENCIA ENTRE PACIENTES Y FAMILIARES
Los pacientes que reciben atención psicológica se encuentran mayoritariamente en la fase de tratamiento activo de la enfermedad (42% del total). Por su parte, los familiares preferentemente están en la fase de duelo tras la pérdida de un ser querido (31%). En este contexto, el nivel de distrés o malestar emocional percibido es superior en el colectivo de familiares que en el de pacientes. El nivel medio de sufrimiento expresado por pacientes es de 6,9 frente al 7,5 manifestado por los pacientes, dato que presenta significación estadística.
Uno de los elementos a mejorar es que la demanda de tratamiento psicológico se realiza tras largos periodos de tiempo después del diagnóstico de la enfermedad
Toda vez efectuada la intervención, se muestra un efecto beneficioso sobre los niveles de sintomatología ansiosa y depresiva en las personas afectadas por la enfermedad, reduciendo los niveles iniciales de dichas variables y mejorando la estabilidad emocional. Se observan mejorías significativas en todas las medidas utilizadas para la evaluación, ya sea en la puntuación global de instrumento o en algunas de sus subescalas.
A juicio de la AECC, uno de los elementos a mejorar es que la demanda de tratamiento psicológico se realiza tras largos periodos de tiempo después del diagnóstico de la enfermedad. El lapso temporal entre la aparición de la enfermedad y la demanda de ayuda psicológica es grande y se debería trabajar no solo en reducirlo y evitar largos periodos de sufrimiento a las personas afectadas, sino también en la prevención de esta problemática a través de medidas de screening y diagnóstico precoz de la sintomatología psicológica por parte de los profesionales sociosanitarios.