Noviembre es el mes dedicado a la salud del hombre, y se ha rebautizado como Movember. Una buena excusa para recordar la importancia de vigilar la próstata, esa gran desconocida en muchos. El urólogo Alberto Pérez-Lanzac, especialista del Hospital Ruber Internacional ha elaborado un decálogo para mejorar la salud del hombre como la práctica de ejercicio regular, beber dos litros de agua al día, mantener una dieta equilibrada, revisar su próstata a los 50 años, vigilar la micción, evitar fumar, palparse los testículos, mantener una higiene adecuada, usar preservativo y vigilar la erección.
La próstata es una glándula se localiza en el periné, rodea a la uretra y se encarga de la producción de una secreción que es un constituyente esencial del semen. Puede verse afectada tanto por un crecimiento benigno, como maligno en el caso del cáncer de próstata. En ambos casos la sintomatología origina problemas de micción como disminución de la fuerza del chorro, aumento de la frecuencia de las micciones, goteo posmiccional o la sensación de quedarse con ganar al acabar de orinar.
La buena noticia es que el panorama del cáncer de próstata ha mejorado notablemente en los últimos años con los nuevos tratamientos disponibles y plantea un escenario alentador para esta enfermedad, que cuenta con mejores métodos diagnósticos, mejores técnicas de imagen y nuevas alternativas de tratamientos curativos y paliativos.
El panorama del cáncer de próstata ha mejorado notablemente en los últimos años con los nuevos tratamientos disponibles y plantea un escenario alentador para esta enfermedad, que cuenta con mejores métodos diagnósticos, mejores técnicas de imagen y nuevas alternativas de tratamientos curativos y paliativos
Pero, ¿a partir de qué edad estos síntomas deben tomarse en cuenta? La prevalencia del cáncer de próstata a los 30 años es del 5% aumentando por década, hasta un 59% por encima de los 79 años. Según los dos estudios epidemiológicos más relevantes, europeo (PCPT) y estadounidense (ERSPC), el cáncer de próstata en varones menores de 45 años es extremadamente infrecuente, por lo que no está recomendado su estudio por debajo de esta edad. De hecho, el estudio de la próstata para detectar un posible cáncer debe iniciarse a partir de los 50 años excepto en circunstancias especiales.
Una vez llegado al diagnóstico del cáncer de próstata, existen diversas opciones en el tratamiento en función de la edad y estado de salud del varón. La observación es una opción avalada por la bibliografía científica, especialmente en cánceres de bajo potencial maligno y de pequeño tamaño. En palabras de Alberto Pérez-Lanzac, "la cirugía radical de próstata ha aumentado las tasas de curación del cáncer de próstata". Especial interés toma la cirugía robótica que ha mejorado los resultados oncológicos y de continencia.
Por otra parte, la terapia focal es otra variedad de tratamiento que permite tratar el tumor localmente aplicando distintas energías con frío o calor. También, la radioterapia lleva años ofreciendo unas tasas de curación muy altas en sus diversas y cada vez mejores modalidades. Por último, en circunstancias desfavorables, si el tumor estuviera extendido fuera de la próstata y no fuera posible aplicar un tratamiento curativo, se puede optar por tratamientos sistémicos no curativos con hormonoterapia y, en ocasiones, quimioterapia.