Si no se vacuna a los varones no se reducirá la prevalencia del virus del papiloma humano (VPH). Esta afirmación, que se recupera con motivo del Día Internacional de la concienciación sobre la infección del virus del papiloma humano (VPH), celebrada cada 4 de marzo, ha sido una máxima defendida por los profesionales sanitarios durante años, principalmente desde que en 2007 se comenzara con la inmunización de las adolescentes, y ahora empieza a ser una realidad en España. En 2023 el calendario común a lo largo de toda la vida del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud incorporó la vacunación sistemática del varón a los 12 años de edad, y es este año, el 2024, cuando se incluye en todos los sistemas de sanidad del país, dando repuesta finalmente a esta demanda.
Según datos de la Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia (AEPCC), se estima que en España hay 18 millones de mujeres sexualmente activas mayores de 18 años, de las cuales unos 2 millones son portadoras del VPH y aproximadamente 400.000 presentan alteraciones en la citología. Son de los datos de las mujeres los que más se dan, pues en ellas la infección por este virus puede llegar a provocar cáncer de vagina y de cérvix o cuello de útero. Cada año en el país se diagnostican unos 1.942 de este tipo de tumor y por esta causa fallecen unas 825 mujeres. Sin embargo, no son las únicas que se infectan y pueden sufrir complicaciones.
Se calcula que 1 de cada 5 hombres está infectado con uno o más VPH de los que son conocidos como de alto riesgo u oncogénicos
Según un estudio liderado por el grupo de investigación en Infecciones y Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL) y el Instituto Catalán de Oncología (ICO), en el que también ha participado la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 1 de cada 3 hombres de mayor de 15 años está infectado con al menos un tipo VPH y 1 de cada 5 está infectado con uno o más de los que son conocidos como de alto riesgo u oncogénicos, con cánceres como el de pene, ano u orofaringe. De hecho, este último se ha convertido en el tumor más frecuente provocado por este virus.
Se estima que entre 85 y el 90% de las mujeres y hombres sexualmente activos se infectarán en algún momento de sus vidas, según datos de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Es cierto que el 80% de estas infecciones son transitorias y se resuelven en el transcurso de los dos, como señala la AEPCC, pero cualquier persona tiene riesgo de que la infección por VPH genere una lesión cancerígena, de ahí la importancia de la inmunización: la vacuna es la principal herramienta para prevenir complicaciones por el virus del papiloma humano. En este campo, como recoge en un artículo Fernando Moraga-Llop, portavoz de la Asociación Española de Vacunología (AEV), en los últimos poco más de 15 años se ha ido ampliando esta primera indicación de vacunación a otros grupos poblacionales también en riesgo de infección.
CAMINO A LA CAÍDA DE CASOS
Como recoge Moraga-Llop, desde que en 2007 se iniciara la implantación de la vacunación de las niñas de 14 años, que se terminó de instaurar en todo el territorio español en 2010, se han realizado distintos cambios en la estrategia de inmunización frente al VPH que han ampliado la protección social frente a la infección. La primera medida fue adelantar la vacunación de los 14 años a la preadolescencia (11-12 años, e incluso a partir de los 9 años). Después se aprobó las pautas de vacunación con dos dosis para las dos vacunas disponibles (bivalente y nonavalente) en la población de 9 a 14 años de edad, “que facilitan el cumplimiento, la aceptabilidad y la eficiencia de la vacunación”, según los expertos.
“La carga de la enfermedad neoplásica en el varón por este virus es también importante”
En tercer lugar se recomendó la vacunación a las poblaciones con alto riesgo de infección: personas con VIH, hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, mujeres mayores de 25 años con infección por el VPH o con lesiones cervicales premalignas, y pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, síndrome de insuficiencia medular congénita, inmunodeficiencias primarias, supervivientes de neoplasias infantiles, con trasplante de órgano sólido o de progenitores hemopoyéticos, en tratamiento inmunosupresor o biológico, o con papilomatosis respiratoria recurrente.
Posteriormente se amplió la inmunización a las mujeres antes de los 25 años y finalmente en 2022 se dio el paso a la vacunación sistémica del niño a los 12 años. Medida que se ha incorporado en 2024 a todos los calendarios de vacunación de los sistemas sanitarios que conforman España. De esta forma se recomienda la vacunación del virus del papiloma humano en ambos sexos a los 10-12 años porque, como recuerdan desde el Comité Asesor de Vacunas de la AEP, “la carga de la enfermedad neoplásica en el varón por este virus es también importante”.
Gracias a ello se está avanzando en la lucha contra el VPH a grandes pasos. Países como Australia, que incluyeron la inmunización de los niños en 2013, han presenciado en la primera década de vacunación que la prevalencia general del VPH bajó de un 59,9% a un 48,8%. Como señaló en una entrevista a este medio la Dra. Carmen Yelo, ginecóloga en el MD Anderson Cáncer Center y portavoz de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), “países que llevan más años que nosotros vacunando han conseguido erradicar la trasmisión. Dentro de unos diez años también veremos una reducción de casos”.