Con motivo del Día Mundial contra el Dolor, ConSalud.es entrevista a uno de los mayores expertos en dolor de España: el doctor Alfonso Vidal. En esta cita recabamos sus opiniones sobre los efectos de la pandemia de la COVID-19 en el tratamiento del dolor en nuestro país, el flamante estreno de la Unidad del Dolor del recién inaugurado Hospital Valle del Henares (Quirónsalud) y su presencia en el Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED) como experto divulgador internacional en redes sociales.
¿Qué ha significado la COVID-19 para el tratamiento del dolor?
La pandemia de la COVID-19 ha significado dos aspectos muy relevantes. Primero, un stop brutal en la atención continuada a los pacientes crónicos, en el seguimiento de sus hábitos saludables y de sus ejercicios; y segundo, una modificación de los protocolos en la atención a los pacientes, perdiendo proximidad y contacto con ellos. Con independencia de las muertes que se produjeron a lo largo de esos meses tan duros, el coronavirus ha supuesto una gran prueba para médicos, pacientes y el sistema sanitario en sí.
¿Qué dificultades existen a la hora de abordar el dolor antes, durante y después de la COVID-19, con vistas al control de la enfermedad?
Distancia y virtualidad han dificultado la obtención de datos sobre el dolor de los pacientes durante la pandemia. En cuanto al diagnóstico, los procedimientos y el tratamiento siguen siendo los mismos; ahora bien, hemos aprendido a usar herramientas tecnológicas a fin de conseguir la información que antes obteníamos en vivo y en directo.
En este periodo convulso, ¿se han implementado nuevas técnicas, procedimientos o fármacos en la lucha contra el dolor a raíz del impacto de la COVID-19?
Durante esta crisis, la ciencia y los profesionales se han volcado en la atención a los pacientes críticos. Básicamente hemos aprendido a optimizar nuestros recursos, incluidos algunos medicamentos empleados de manera crónica por nuestros pacientes para preservar su salud, como puede haber sido la dexametasona o también la cloroquina.
¿Cree que la lucha contra la COVID-19 ha restado esfuerzos y progresos en la lucha contra otras patologías tan graves como el cáncer?
Sin duda el foco de atención de la Ciencia y los profesionales durante esta crisis se ha volcado sobre el coronavirus. No digo que los pacientes no hayan recibido una atención y en concreto en el cáncer, por supuesto, pero sí que es verdad que se han primado urgencia y severidad en la atención médica así como en su investigación. Probablemente eso haya ralentizado el progreso de otras líneas de estudio y análisis.
¿Hemos aprendido algo en este proceso hasta la fecha?
Ha supuesto un revulsivo organizativo y logístico. La estructura del sistema ha tenido que adaptarse incidiendo en la distribución de tareas de los equipos humanos, el empleo de nuevas tecnologías y la coordinación de administraciones.
En este periodo se ha fraguado el nacimiento de un nuevo centro de Quirónsalud, el Hospital Valle del Henares, situado en Torrejón de Ardoz (Comunidad de Madrid), del que usted es jefe de la Unidad del Dolor ¿Cómo afronta este nuevo reto?
Atender una nueva responsabilidad profesional, como es la del Hospital Valle del Henares, si me permite la comparación, es como tener otro hijo: no puedes dejar de querer y atender a los demás, pero también es verdad, que el último es el que ahora necesita más cuidados hasta encauzar su desarrollo. Este proyecto nos ilusiona especialmente y esperamos que se consolide en el inmediato futuro, porque tanto las condiciones, como el área en que se encuentra, prometen muchas satisfacciones desde el punto de vista personal y profesional.
¿Cuáles van a ser los ejes de actuación del equipo que va a liderar desde este mes de octubre?
Por un lado, la anestesiología, con todo lo que conlleva la atención perioperatoria, los cuidados en quirófano y posoperatorios, la evaluación y control antes de las intervenciones y el seguimiento posterior en caso de necesidad. Y, por otro lado, en el ámbito del tratamiento del dolor, el diagnóstico y cuidados de aquellos pacientes que, remitidos por otros profesionales, habitualmente no encuentran una buena solución para problemas severos que les impiden una razonable calidad de vida. Es un reto apasionante que, junto con nuestro equipo, esperamos afrontar con éxito.
El próximo 14 de octubre participa en el Congreso de la Sociedad del Dolor, aportando su visión en el taller ‘Cómo triunfar en las RRSS’ ¿Cuáles son las claves de su éxito en el mundo digital?
Me gustaría poder decir que conozco con exactitud cuáles son las claves del éxito en redes sociales y en el resto de escenarios. Tengo la convicción de que el trabajo, la humildad, la capacidad de interpretar y asumir las opiniones de los demás e integrarlas en tu actividad, actuando de una forma prudente y honesta, son la manera más adecuada para afrontar el desafío de comunicar y compartir con los demás nuestras actitudes y conocimientos en el ámbito de la anestesiología, la reanimación y, singularmente, el tratamiento del dolor.
¿Por qué la pandemia ha incrementado el interés de los ciudadanos por la información sanitaria que emiten perfiles profesionales como el suyo?
Durante la pandemia se ha producido un stop en la comunicación social, convirtiéndose nuestro mundo social prácticamente en aquello que entraba a través de los medios digitales: la televisión, la radio, internet y, por supuesto, en las redes sociales, en todas y cada una de ellas: Facebook, LinkedIn, Twitter, Instagram, etc. Cuando dejas de recibir información por una vía de comunicación prestas más atención a las otras, seguro que esto ha influido. De otro lado, la profesionalización y selección de los contenidos probablemente también han influido a la hora de que las personas elijan un tipo de comunicación e interlocutoresfiables en las redes sociales. Particularmente estoy muy contento y agradecido a todas las personas que depositan su confianza al seguirme en RRSS.
¿Es complejo divulgar cuestiones ligadas al dolor en RRSS?
La comunicación es un proceso siempre complejo. Depende del emisor, del receptor, del medio y de muchas otras circunstancias. Cuando intentamos transmitir de forma didáctica un mensaje tenemos que considerar quién es receptor y tratar de adaptarlo a su capacidad de comprensión. El interés por la ciencia y por patologías crónicas como el dolor no es una novedad, pero tratar de hacer que esta información llegue de manera veraz y comprensible es el reto que vengo afrontando desde hace casi una década en cada uno de los perfiles de redes sociales en los que estoy presente.
¿Qué consejo le daría a los compañeros y compañeras que desearan comenzar un periplo por el mundo de las redes sociales?
Creo que el mejor consejo que puedo dar a otros es que sean humildes, que traten de escuchar, de ser honestos, que se presenten como son y entiendan que un mensaje claro, conciso y adecuado genera una comprensión mayor que el aporte de muchos datos o mucha evidencia. Esta última se debe tener en consideración, porque la Ciencia se basa en esto, pero en un segundo plano respecto a la contundencia de los mensajes.