De las consultas a las 'fake news': así es el impacto de las redes sociales en el ámbito sanitario

Las redes sociales y la salud han establecido una fuerte relación en los últimos años, debido a que juegan un papel cada vez mayor en la forma en la que gestionamos nuestra salud

El impacto de las redes sociales en el sector salud

En los últimos años, las redes sociales han cambiado nuestra forma de relacionarnos, comunicarnos o recoger información. Un tercio de toda la población mundial se considera usuario activo en redes sociales. Pero, ¿cómo impactan en el sector sanitario?

Por supuesto, el sector salud no es inmune a la creciente e imparable difusión de las redes sociales y no cabe duda de que las redes y la salud han establecido una fuerte relación en los últimos años, debido a que juegan un papel cada vez mayor en la forma en la que gestionamos nuestra salud.

En concreto, en el ámbito de la salud, el paciente ha encontrado tres principales utilidades en el uso de redes sociales. Por un lado en la consulta, y es que, cada vez son más los profesionales sanitarios que han decidido “abrir consulta” en plataformas como Twitter o Facebook. Ambas redes proporcionan la posibilidad de que dichos profesionales pongan su conocimiento al servicio de sus seguidores, resolviendo las dudas que estos les plantean.

Respecto a la información, en este punto, más que hacer búsquedas aisladas lo frecuente es hacerse seguidor de perfiles que hablen sobre temas de salud más o menos generales que puedan interesar al usuario.

Las redes sociales y la salud han establecido una fuerte relación en los últimos años, debido a juegan un papel cada vez mayor en la forma en la que gestionamos nuestra salud

Del mismo modo, una de las ventajas de las redes sociales más explotadas por los pacientes es la posibilidad de crear grupos de personas agrupadas por intereses comunes. Esta característica la han aprovechado muchos enfermos para crear grupos de apoyo en redes como Facebook donde poder hablar con otras personas en su misma situación y compartir material de interés sobre su enfermedad.

¿UNA RELACIÓN POSITIVA O NEGATIVA?

Sin embargo, cabe destacar que no todo es positivo. Las redes sociales llevan años siendo el campo de cultivo de ‘fake news’, bulos e ideas conspiranoicas de unos pocos. Con la pandemia de la Covid-19, una pandemia global, desde plataformas como Twitter, Youtube, Facebook e Instagram, hasta las aplicaciones de mensajería como Whatsapp o Telegram han conectado los cinco continentes alimentando el negacionismo y el rechazo a las medidas que los diferentes gobiernos implantaban para detener un virus desconocido.

Así, mensajes y videos que cuestionan la utilidad de las medidas sanitarias, las vacunas o que el propio virus exista, han plagado las redes desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad. Con bucear un poco encuentras desde ‘influencers’ que cuestionan que la mascarilla sirva de algo o que vaya a afectar a los demás que no se lleve, a videos de personas con bata blanca que rechazan la validez de las pruebas PCR o la de las vacunas.

Precisamente, según señalan desde Maldita.es, la conocida como Infodemia, la otra epidemia de la Covid-19, ha creado unos 1.169 bulos y desinformaciones sobre la Covid-19.

En esta línea y según los negacionistas, las vacunas llevaban un chip para conectarse al 5G y controlar a la humanidad; luciferina, que es una sustancia que tienen las luciérnagas que les permiten emitir luz, o grafeno. Recientemente las instituciones sanitarias del país han tenido que explicar que las jeringas tienen una aguja retráctil para evitar que los sanitarios se pinchen después de que las redes ardieran con mensajes de “vacuna falsa” cuando en un vídeo de Mariah Carey la aguja desaparecía. 

Estos mensajes han inundado las redes haciendo que aquellos que les daban veracidad acabaran abandonando su miedo al virus y dejaran de usar la mascarilla, evitaran la distancia social o rechazaran la vacuna.

De hecho, un estudio dirigido por doctor John W. Ayers, cofundador del Center for Data Driven Health y vicejefe de Innovación dentro de la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de California en San Diego en colaboración con la Universidad George Washington y La Universidad Johns Hopkins, publicado el pasado año, sugirió que los bulos son el “principal patógeno de la desinformación de coronavirus en las redes sociales”.

Concretamente, el equipo identificó grupos públicos de Facebook que estaban fuertemente influenciados por bulos. Para ello, el equipo midió la rapidez con la que se compartieron las mismas URL o enlaces en una muestra de unas 300.000 publicaciones realizadas en grupos de Facebook que compartían 251.655 enlaces.

Cuando varias cuentas comparten repetidamente las URL con una diferencia de segundos entre sí, indica que se trata de cuentas de bulos controladas por un software automatizado que coordina su acción.

El equipo descubrió que los grupos de Facebook más influenciados por bulos promediaban 4,28 segundos entre acciones de enlaces idénticos, en comparación con 4,35 horas para los grupos de Facebook menos influenciados.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.