El glaucoma es la segunda causa de ceguera irreversible tras la diabetes

Los expertos señalan la importancia de la detección y el tratamiento precoz de los factores de riesgo involucrados en el desarrollo del glaucoma

Mujer en una prueba oftalmológica (Foto. Hospital de la Luz)
Mujer en una prueba oftalmológica (Foto. Hospital de la Luz)

El 12 de marzo es el Día Mundial del Glaucoma, una serie de afecciones oculares que dañan el nervio óptico al producirse una presión en el ojo más alta de lo normal. Si no se trata es capaz de dañar la vista hasta dejar a los pacientes ciegos. De hecho, es una de las principales causas de ceguera para las personas mayores de 60 años y la segunda causa de ceguera irreversible a nivel mundial después de la diabetes.

El glaucoma es una enfermedad crónica y asintomática producida por una degeneración progresiva del nervio óptico. No ofrece síntomas como dolor, molestias o disminución brusca de la agudeza visual hasta estadios muy avanzados de la enfermedad. “Hasta un 50% de las personas que lo padecen no son conscientes hasta que la pérdida de visión periférica es muy evidente. La enfermedad presenta síntomas cuando el nervio óptico se encuentra deteriorado de forma irreversible en un 40%, por eso la importancia del diagnóstico precoz con revisiones periódicas por el oftalmólogo”, advierte la  Dra. Yolanda Andrés Alba, experta en el manejo y tratamiento del glaucoma del servicio de Oftalmología del Hospital la Luz.

"La incidencia de glaucoma entre hermanos de pacientes con glaucoma es aproximadamente del 10%”, subraya la experta

La detección y el tratamiento precoz de los factores de riesgo es esencial para evitar su desarrollo. Estos factores, según explica la Dra. Andrés Alba, son la hipertensión ocular, que provoca el mal funcionamiento del sistema de drenaje del humor acuoso lo que lleva al aumento de presión en el nervio, "la alta miopía, los traumatismos oculares o los antecedentes familiares, que también hay que tenerlos en cuenta”.

GLAUCOMAS DE FACTOR GENÉTICO

Existen glaucomas de ángulo abierto, el más frecuente y que se produce por una presión ocular interna del nervio manteniendo de forma normal el ángulo del iris y la córnea, lo que produce puntos ciegos en la visión lateral; glaucomas de ángulo cerrado, por el que el líquido se bloquea y no sale de la zona del iris y la córnea, lo que provoca visión borrosa o halos alrededor de las luces. “Una historia familiar positiva es un factor de riesgo para el desarrollo del glaucoma primario de ángulo abierto. La incidencia de glaucoma entre hermanos de pacientes con glaucoma es aproximadamente del 10%”, subraya la experta.

Dra. Yolanda Andrés Alba (Foto. Hospital de la Luz)

En este punto, la Dra. Andrés Alba señala la importancia de identificar de forma correcta las familias con componente genético. “La terapia génica es una prometedora línea de investigación en el tratamiento del glaucoma”. Una terapia avanzada que permite mejorar el tratamiento de los glaucomas diagnosticados. 

El diagnóstico se realiza a través de la medición de la presión ocular, de la córnea, la Tomografía de Coherencia Óptica (OCT), técnica de imagen tomográfica óptica no invasiva, así como con la campimetría visual computarizada, que detecta la reducción de la visión periférica. “Se realiza de forma rápida y fiable proporcionando el grado de daño glaucomatoso que pudiese existir”, indica la doctora.

“La implicación del paciente en el cuidado de su salud ocular es clave para prevenir y frenar a tiempo enfermedades crónicas y graves como el glaucoma, que provoca un daño progresivo e irreversible en el nervio óptico”, advierte Yolanda Andrés Alba.

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