En 2019, 3.671 personas se suicidaron en España. 10 suicidios al día. Una muerte cada dos horas y media, según datos del INE. Y de este total, la mayoría de afectados son hombres: se estima que se quitan la vida tres hombres por cada mujer, aunque ellas son las que más tentativas de suicidio cometen. El Observatorio del Suicidio informa que se trata de la primera causa de muerte por circunstancias externas en nuestro país.
Ese mismo año, 1.755 personas perdieron la vida en accidentes de tráfico. Las campañas para prevenir accidentes en las carreteras son constantes. Y funcionan. Sin embargo, no ocurre lo mismo con un problema como el suicidio: “En la historia de España ningún Gobierno central ha hecho nada por prevenir el suicidio. Nuestro país siempre le ha dado la espalda a la conducta suicida”, explica para ConSalud.es el presidente de la Fundación Española para la Prevención del Suicidio (FSME), Andoni Anseán.
Hablar del suicidio, sin sensacionalismo, sin morbo, sin romantización ni culpabilidad, lejos de fomentarlo, lo previene. Esta es una de las claves alrededor de la cual giran los expertos. Con todo, no se habla de suicidio debido al “enorme” tabú que hay alrededor de este tema tan “difícil de manejar”, haciendo que aún estemos “muy lejos de concienciarnos respecto a la magnitud y el impacto de la conducta suicida”, comenta Anseán.
“Cuando una persona comunica que se quiere suicidar, está pidiendo ayuda”
Otro de los mitos alrededor del suicidio es que es inevitable. De nuevo, error. “El suicidio es prevenible y se puede trabajar para detectar las conductas suicidas”, asegura para este medio Joan Roa, miembro de la Asociación para la Prevención del Suicidio y la Atención al Superviviente (Apsas). “Cuando una persona comunica que se quiere suicidar, está pidiendo ayuda”.
Los datos post pandemia son preliminares y poco se sabe del impacto de la Covid-19 en el número de suicidios. No obstante, tenemos “pistas”, continúa Anseán. Con la pandemia “han aflorado problemas que ya estaban encima de la mesa”, sostiene Roa. Y las consecuencias son, entre otros, el aumento de las tentativas de suicidio. Recientemente, fuentes del hospital Niño Jesús de Madrid, revelaban para este medio que los intentos de suicidio habían constituido el 60% de los ingresos de este centro.
En Cataluña, el miembro de Apsas informa que los intentos de suicidio han aumentado en un 27% durante el año 2020 y en la población infantojuvenil, estas tentativas crecieron un 250%, subraya el Colegio Oficial de Psicología de Madrid.
En esta línea, el presidente de FSME añade que es previsible que se observe una reducción del número de suicidios durante el confinamiento debido a las restricciones de movilidad. Aunque hace hincapié en el aumento de las tentativas de suicidio, “sobre todo en persona muy jóvenes”, que se sumarían a los entre 70.000 y 80.000 intentos anuales en España.
“El problema del suicidio no es solo salud mental, es tanto sanitario, como educativo o social”
Y aún así, no existe un plan para prevenir este problema de salud pública. “Pedimos que el Gobierno tome cartas en el asunto”, porque por ahora esta estrategia “ni está, ni se la espera”, expresa Anseán. Esta estrategia, no debe pasar únicamente por lo exclusivamente sanitario.
“El problema del suicidio no es solo salud mental, es tanto sanitario, como educativo o social”, sostiene el presidente de FSME, mientras Roa, en la misma línea, insiste en que “necesitamos campañas de prevención”. Formación a profesionales, incorporación de educación emocional en las escuelas, investigación y campañas de prevención son algunas de las medidas que exigen los expertos para frenar el avance de esta problemática.
“Las 10 personas que se quitan la vida cada día requieren de una estrategia específica de prevención del suicidio”, concluye tajante Andoni Anseán.